Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7306
7306 “Mi reino no es de este mundo”....
13 de marzo de 1959: Libro 77
No podréis alcanzar ningunos éxitos espirituales si vuestras miradas sólo están dirigidas al mundo, porque todo lo que pertenece al mundo sólo sirve para satisfacer el cuerpo, pero al alma le hace más daño que bien. El alma sólo puede beneficiarse del reino que existe como opuesto al mundo terrenal, del reino del Espíritu, que Me pertenece a Mí y por tanto sólo contiene tesoros espirituales que quisiera repartir y cuyo beneficiario siempre será sólo el alma, pero no el cuerpo del ser humano. “Mi reino no es de este mundo”.... He trazado abiertamente una línea, he señalado que Mi reino no tiene nada en común con este mundo, porque son dos reinos completamente diferentes, cuyos bienes son deseados y recibidos por el alma o el cuerpo.... dependiendo de la voluntad del ser humano que tiene que decidir sobre ello en la vida terrenal.
Pero el alma podría afirmarse con su deseo, porque así como el cuerpo expresa su deseo, el alma también puede expresarse con su deseo, y cuanto más fuerte sea este deseo, más decidirá la voluntad.... Pero si el alma cede, entonces el cuerpo guarda el privilegio y toma del mundo terrenal todo lo que le parece deseable y que satisface el sentido humano. Y el alma entonces se va con las manos vacías porque no puede experimentar ningún proceso satisfactorio o espiritual de esas cosas mundanas, pero el alma pierde el tiempo que se ha utilizado para la satisfacción del cuerpo.
Hay dos reinos diferentes, Mi reino y el mundo terrenal, y también son diferentes sus bienes, que se reparten según el deseo.... unos son imperecederos y otros transitorios.... Y sin embargo, estos últimos son mayoritariamente deseados, porque envuelven los sentidos del hombre y debilitan su voluntad.... Pero los bienes espirituales lo fortalecen si son seriamente deseados y recibidos una sola vez. Entonces aumenta la fuerza de voluntad y el deseo del corazón humano, y entonces también los bienes del mundo pierden su atractivo.... Entonces el ser humano se salva por el tiempo y la eternidad.
Pero precisamente los primeros pasos hacia el reino espiritual son extremadamente difíciles para el hombre, mientras el mundo terrenal esté todavía tan tangible ante sus ojos y él aún puede cumplir sus deseos en éste.... Pero una vez que se da seriamente este paso hacia el reino espiritual, entonces las luces del mundo terrenal se desvanecen y la luz brillante de Mi reino comienza a brillar y difundir un resplandor cada vez más brillante....
Y entonces el alma misma obtiene luz y fuerza, y entonces querrá regresar cada vez menos al mundo terrenal, aunque todavía vive todavía en la tierra, pero a menudo permanece en Mi reino de luz y bienaventuranza, porque recibe tesoros de este reino que ya no se perderán, que la siguen a ella hasta la eternidad. Ella madura durante su camino terrenal porque sus fuerzas aumentan constantemente y puede trabajar cada vez más diligentemente en su perfeccionamiento, porque deja atrás el mundo terrenal en aras de Mi reino, que “no es de este mundo”....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise