Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7082
7082 Caída de los Espíritus - Facultad de pensar - Caída de Lucifer
3 de abril de 1958: Libro 75
Siempre donde se reunen dos o tres en Mi Nombre, estaré Yo entre ellos, porque cada pensamiento fervoroso en Mí me atrae a vosotros, y por eso podéis estar siempre seguros de Mi Presencia, si me dejáis a Mi Mismo que Yo sea el asunto de vuestra conversación y pensamientos. Mas en cuanto Yo os esté presente, seréis íluminados también por Mi espiritualmente, por consiguiente tenéis que experimentar siempre también una bendición, la cual siente benéfica vuestra alma. Y por eso debéis reuniros con frecuencia en Mi Nombre, para que participéis de esta bendición, pues vosotros todos necesitáis incesantemente Mi donativo de Fuerza, el cual ayude al alma al progreso espiritual. Cierto que también cada uno de por sí puede buscar la entrañable comunidad Conmigo, entregándose a Mí mentalmente y de ese modo recibe también fuerza en exceso, sin embargo, todo intercambio espiritual está bendecido, ya que a través de él, toman parte muchas almas del otro mundo y sacan de él un progreso espiritual. Y además Yo Mismo puedo intervenir en tales conversaciones y dirigir los pensamientos a cuestiones o problemas, en las que se ocupan tanto los hombres mismos como también las almas del más allá, las que se les deben ser respuestas. Reunios en Mi Nombre, pues de esa manera me demostráis también vuestro amor, pues cada hombre trata de unirse con el objeto de su amor. Los hombres sólo raras veces sienten la necesidad de intercambiarse en debates espirituales, más bien ellos los evitan miedosos de dejar aflorar su carácter y opinión internos e íntimos. Raramene se llevan conversaciones espirituales, y menos aún se reunen los hombres con esta finalidad. Y por eso carecen ellos también de las bendiciones, que les podría resultar de dichos encuentros. Pero ellos se creen, por otra parte, que cumplen con su obligación espiritual, en las reuniones públicas. Ellos no piensan en Mis Palabras: "Donde están reunidos dos o tres en Mi Nombre, allí estoy Yo en medio de ellos..." Pues estas Palabras tendrían que darles que pensar a todos esos que se creen haber cumplido con su deber espiritual asistiendo a semejantes "cultos divinos y misas", donde el hombre, del mismo modo también, está abismado en otros pensamientos mundanos y de un fervor o unión íntima Conmigo, ¡ni pensarlo! Cada vez de nuevo tengo que señalar a los hombres, que Yo sólo avaloro una fe viva, que Yo no me dejo contentar con un cristianismo aparente, fingido. Cada vez de nuevo tengo Yo que acentuar e insistir, que Yo anhelo estar unido con cada hombre en particular, mas que esa unión tiene que establecerla también cada uno de por sí mismo separado, la cual en verdad, puede establecer en todo momento y en todo lugar y localidad, si ésta es su seria voluntad y su vivo anhelo. Entonces notará también Mi bendición perceptiblemente, y luego se sentirá inducido a buscar contacto con sus semejantes, para hablar precisamente sobre ello, de lo cual se siente poderosamente conmovido, porque Mi Presencia lo impulsa a ello, a comunicarlo, a deshacerse de ello, igual lo que suceda, porque los hombres que están llenos del amor hacia Mí, siempre se reunirán con los que tienen ambición espiritual para intercambiarse espiritualmente.
Que estas promesas Mías os impulsen a probar la Fuerza de Mi Nombre, pues si creéis, sabéis también que podréis disponer de Fuerza en el contacto Conmigo, la cual, por otra parte, podéis emplear para el bien de los semejantes. Pero aún es débil toda vuestra fe, pero siempre de nuevo os llamo Yo, trayéndoos a la memoria Mis Palabras, y si reflexionáis seriamente sobre ellas, daréis más importancia también a estas promesas; llegaréis a saber que Yo Mismo puedo obrar a través de vosotros, si sólo permitís Mi obrar por la firmeza de vuestra fe. Pues donde Yo estoy, no tiene límites Mi Poder, bajo condición, que vosotros mismos no pongáis límites mediante vuestra floja fe. Mas Yo quiero bendeciros, para que también vuestra fe se refuerce mediante estas Mis Palabras: "Donde se reunen dos o tres en Mi Nombre, allí estoy Yo entre ellos ..." Y donde Yo estoy, allí puede obrar Mi Espíritu y Mi Amor, Sabiduría y Poder en forma manifíesta.
Amén
Traducido por Meinhard Füssel