Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/7038
7038 El derecho de Dios o del adversario sobre el alma lo determina el hombre mismo....
9 de febrero de 1958: Libro 75
Nunca os haréis dueños de vuestras pasiones y debilidades por vuestra propia fuerza porque la fuerza de Mi oponente, que os empuja a estas pasiones, es más fuerte, y siembre sucumbiréis si no Me pedís ayuda a Mí Mismo, si no invocáis a Jesucristo para que os fortalezca y os ayude contra vuestro enemigo. Y también oirá el menor grito de súplica, y no os faltará socorro.
Pero también considerad, que el oponente no cesará de inmediato en su lucha por vosotros y vuestras almas.... Siempre tratará de influir en vosotros de la misma manera, siempre tratará de encender de nuevo los deseos y las pasiones, y es por eso que tendréis que luchar contra él una y otra vez y una y otra vez dirigiros a Jesucristo, Quien es el único que puede ayudaros.
Sólo podéis libraros del Señor, en cuyo poder aún estáis durante vuestro andar por la tierra, si llamáis a otro Señor para que os ayude. Y estoy esperando esta llamada porque entonces también tengo el derecho de arrebataros de él porque yo compré este derecho para Mí como el hombre Jesús a través de Mi muerte sacrificial.
Ahora debéis comprender esto correctamente.... verdaderamente no Me falta el poder para privarlo de derechos a él también, pero no usaré la violencia contra aquel que emanó de Mí primero, para quien Mi amor aún está destinado y a quien quiero volver a conquistar por el camino del amor....
Debe reconocer por sí mismo que Yo soy superior a él. Y sólo puede reconocerlo cuando ve cómo un ser tras el otro se separa voluntariamente de él y Me exige volver a Mí.... No obligaré a ninguno de sus seguidores a seguir este camino, no cercenaré el derecho de Mi oponente porque sus seguidores una vez le reconocieron voluntariamente como su Señor, y solo entonces haré valer Mi derecho al ser cuando ahora Me invoca a Mí en Jesucristo y, por lo tanto, a través de esta llamada Me conoce y Me reconoce nuevamente a Mí como su Señor.
Todo lo que no se vuelve a Mí voluntariamente, se lo dejo a él, y por lo tanto su poder depende de los seres una vez caídos, que caminan sobre la tierra como humanos y en este tiempo deben decidirse por su Señor.... a favor o en contra de Mí.... Y es por eso que Mi adversario usará toda su influencia durante este tiempo para ataros a sí mismo, para desarrollar en vosotros todas las malas cualidades, despertar en vosotros todos los deseos y dejar crecer en vosotros sentimientos anti-divinos.
Y ahora depende de vosotros si estáis sujetos a su influencia o si tenéis la voluntad de liberaros de él. Y dado que sois demasiado débiles por vuestra cuenta, necesitáis ayuda, la cual está disponible para vosotros en cualquier momento si llamáis al Que murió por vosotros en la cruz para pagarle al oponente el precio de vuestras almas.
A través de Mi muerte en la cruz, Mi oponente ahora ya no será objeto de violencia cuando os libere de él. Es sólo Mi buen derecho que lucho también por vuestras almas, que Yo os ayudo cuando Me lo pedís. Y con Mi ayuda ciertamente podréis aflojar todas las cadenas, os desharéis de todas las debilidades porque tan pronto como estéis listos para separaros de Mi oponente, entrarais nuevamente en Mi área de luz y poder y lo que ahora queréis, eso también sucederá....
Pero no será una lucha única, porque el oponente intentará una y otra vez tiraros de vuelta a las tinieblas.... y como se trata sólo de vuestra decisión de voluntad en la tierra, vuestra voluntad deberá probarse una y otra vez, pero siempre será más fácil para vosotros cuanto más íntimamente os conectáis Conmigo en Jesucristo, hasta que finalmente abandone la lucha y se dé cuenta de que os ha perdido para siempre....
Y es por eso que a vosotros los hombres no se os permite preocuparse o temblar cuando las tentaciones siguen viniendo sobre vosotros porque no estáis sin ayuda, tan pronto como solo queráis pertenecerme a Mí. Sólo vuestra voluntad decide qué Señor toma posesión de vosotros, y si sólo os habéis entregado a Mí en Jesucristo, entonces tampoco os apartaréis nunca más de Mí, y también resistiréis toda tentación, porque ahora lucháis contra el enemigo de vuestra alma con Mi fuerza y, por lo tanto también venceréis siempre.... porque Jesucristo lucha a vuestro lado, ante quien Mi adversario verdaderamente tendrá que deponer las armas....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise