Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6936

6936 Declaración sobre los videntes y profetas

5 de octubre de 1957: Libro 74

Percibid lo que el Espíritu de Dios os manifíesta: Los videntes y profetas han sido escogidos por Mí Mismo, porque una misión de gran importancia les incumbe: De manifestar a los hombres la noticia del venidero Juicio Final y amonestarlos a que estén preparados acto seguido a eso.

Estos videntes y profetas no hablan de por sí mismo, sino transmiten sólo lo que Mi Espíritu les manifiesta. Al mismo tiempo es pues, una Palabra de expresión de Mí Mismo a vosotros, de Quien Yo tengo que servirme de intermediarios, para no quitaros la liberdad en vuestro pensar y obrar. Lo podéis creer, por lo tanto, pero no estáis obligados a ello. Lo creeréis si reconocéis el don de la profecía y videncía de cada mediador, lo rechazaréis, si dudáis, si ponéis en duda la misión de todos ellos. Mas Yo quiero hacéroslo a vosotros hombres, fácil de creerlos, Yo quiero subrayar su misión visibilemente, dejando que sobrevenga el acontecimiento por ellos anunciado, que precede al Juicio Final. Yo quiero cuidar de que esa manifestación encuentre su divulgación, de que los hombres tengan conocimiento de ello, de que experimenten su confirmación, porque todo viene así, como Yo lo he predicho a través de videndes y profetas.

Cierto es, que Yo he dicho, cuando caminaba en la tierra, a los hombres que tengan cuidado de los falsos cristos y falsos profetas, y Me he referido a que también los delegados de Mi adversario harán de las suyas. Y ahora también os prevengo contra ellos, y no caigáis en su red dando crédito a sus maquinaciones, pues ya está poniendo manos a la obra y trata de despertar la fe en los hombres por medio de obras milagrosas de forma material, con resultados fuera de lo común, que se expresa en que en las fuerzas del cielo puede actuar él.

Pero precisamente su actuar extraordinario en el último tiempo ocasiona también Mí reacción o contra-prueba, lo cual consiste en aplicar remedios que reaniman de nuevo la fe débil, o dejar que resurja la fe perdida. Y eso no puede suceder de otra forma más que por medio de la pura Verdad que parte del Manantial de la Verdad, pero que a vosotros os llega mediante medios, porque vosotros mismos no podéis recibir directamente. Y por lo tanto os someto en consideración a vosotros hombres, lo que se os presenta. Y los que Yo para esto he escogido, para que sean mediadores entre Mí y los hombers, los podéis reconocer también como verdaderos profetas, a cuyas palabras debéis darle crédito. Y Yo estoy también dispuesto a daros la prueba de que hablan por encargo Mío y avisaros de lo que vendrá en breve tiempo, realizando muy pronto ya el primer aviso. Y la función más importante de estos videntes y profetas es la notificación del fin, que es para vosotros hombres del significado mayor, y que por eso estéis preparados esperándolo. Y todavía se os dará un plazo, que podrá bastar, para que salvéis vuestra alma de la perdición.

Y por lo tanto no tardaré mucho ya, Yo confirmaré el envío de Mis videntes y profetas, Yo dejaré que siga a su aviso el hecho. Antes del fin de la tierra la conmoveré y a todos los hombres les llevaré la aparición de Mi Mismo mediane el fenómeno de la naturaleza, el que siempre fue anunciado de nuevo por Mi Voluntad. Porque Yo Mismo les dí a estos ese encargo y han hablado sólo como Mis herramientas, como Mis representantes en la tierra, para que adviertan y amonesten a los hombres en Mi lugar.

No os imganiéis erróneamene seguros contra tales acontecimientos, que atestiguan un sumo Poder: Debéis temerlos y creer que Mi Palabra es Verdad, de que Yo Mismo hablo y hablé por ellos, y que por lo cual váis al encuentro de tiempos en extremo difíciles, si Mi Gracia no os llama antes.

Estáis ante un cambio de tiempo y ante esta certeza debéis en correspondencia conducir vuestra vida, en vista siempre de un fin repentino, mas no necesita asustar a ningún hombre que consciente en sí trabaja, pensando más en su alma que en su cuerpo terrenal, porque ese no perderá nada, sino sólo ganará.

Amén

Traducido por Pilar Coors