Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6860
6860 Sin Jesucristo no hay liberación....
29 de junio de 1957: Libro 73
Me necesitas si quieres liberarte de tu adversario.... No puedes librarte de él con tus propias fuerzas, debes tener una ayuda que sólo uno puede aportarte: Jesucristo, que derrotó al adversario con Su muerte en la cruz.... En Él estaba Yo mismo, y Él y Yo somos uno, por lo que debes invocar Mi ayuda en Jesucristo y te será verdaderamente concedida.... Si reconoces a un Dios sin ser capaz de reconciliar a Jesucristo, el divino Redentor, con este Dios, entonces tu reconocimiento de un Dios no está todavía convencido, entonces sólo hablas con tu boca sin creer en tu ser más íntimo, y
entonces seguirás recorriendo tu camino terrenal sin Mí, y no podrás liberarte de aquel que se opone a Mí y que todavía te controla y cuyo poder tú sólo, por tí mismo, eres incapaz de romper. Me necesitas, déjame decirte.... o no cumplirás tu propósito de la vida terrenal: la separación de aquel.... al que una vez seguiste voluntariamente.... y volver a Mí, tu Dios y Padre de la eternidad. Yo estoy siempre dispuesto a ayudarles a alejarse de él, pero tienen que pedirme esta ayuda, porque la voluntad de ustedes es codeterminante para que Yo les libere, pues tiene igual derecho a ustedes mientras sigan con la misma voluntad que significa alejarse de Mí. Pero tu debilidad como ser caído ha sido tenida en cuenta.... Un ser humano murió por ti en la cruz por amor y misericordia Quien conocía tu debilidad y por ello también sabía que era imposible que rompieras las cadenas que Mi adversario te había puesto, aunque fuera por tu propia culpa. Me encarné en este ser humano Jesús porque me apiadé de tu estado débil, indefenso y atormentado y porque quise darte la oportunidad de volver a Mí de nuevo y entrar en tu estado original, que es la libertad y la dicha para ti.... Así ofrecí un sacrificio de expiación por ustedes como ser humano, Yo, por así decirlo, llevé la culpa de vuestra pasada apostasía de Mí mismo en el hombre Jesús, y ofrecí a Mi adversario el rescate por ustedes para que les liberara cuando ustedes mismos lo deseasen.... Pero también debes expresar este deseo, debes querer venir a Mí, y debes querer pertenecer a aquellos cuyas almas redimí de tu señor.... Debes hacer uso de la ayuda de Jesucristo, debes volver a llamarme en Jesucristo, y también podrás hacerlo si crees en Él, en su acto de Salvación, en mi encarnación en Él.... Sólo entonces creerás también en Mí mismo con convicción, entonces habré cobrado vida en ti, y entonces ya no recorrerás tu camino terrenal sin Mí, sino que entonces también alcanzarás con seguridad tu meta. Y, por lo tanto, sólo deben preguntarse seriamente una vez sobre el propósito y el objetivo de su vida terrenal y su tarea real.... Y sólo debes tener la seria voluntad de no haber sido un fracasado al final de tu vida en esta tierra.... Y si tienes esta voluntad, pide ayuda a Aquel que es el único que puede ayudarte: Jesucristo.... porque Él y yo somos uno, y si lo invocas a Él, me invocas a Mí y tu llamada no quedará desatendida. Porque todo aquel que desee seriamente alcanzar la meta de su vida terrenal pronto será guiado por el camino correcto y se dará cuenta de que no hay ayuda sin Jesucristo.... Pero Yo no puedo determinar la voluntad más íntima, el deseo más íntimo.... es libre.... Sólo puedo advertirte y amonestarte una y otra vez, puedo animarte a pensar.... Pero debes actuar de acuerdo con este deseo interior, y tu estado de madurez también será en correspondencia a eso cuando dejes esta tierra....
Amén
Traducido por J. Gründinger