Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6844
6844 EL VERDADERO MEDICO Y LA VERDADERA MEDICINA
3 de junio de 1957: Libro 73
Lo que lleva al restablecimiento del alma se os entrega cada vez de nuevo, no obstante se os ofrece siempre sin obligación de que lo aceptéis. Es por lo que muchas almas permanecen enfermas y débiles, porque pasan a ello de largo, lo que Yo en Mi amor constantemente les ofrezco: Mi Palabra, que es la mejor medicina para el alma mortalmente enferma.
Y vuestra alma está enferma cuando comienza esta vida terrena y debe hacer el tránsito sobre la tierra para llegar al pleno restablecimiento. Ella puede volver a abandonar la tierra también en el mismo estado de debilidad, entonces tiene que atormentarse por tiempos interminables, antes de que alcance lo que en la tierra fácilmente podría alcanzar: la plena salud, un estado de luz y lleno de fortaleza, que la hace indescriptiblemente dichosa.
Yo Mismo he andado sobre la tierra como hombre, para daros a todos el ejemplo de un caminar terrenal bien vivido. Yo tenía conocimiento de todas las debilidades y defectos de un hombre y a todos os he mostrado el camino de como podéis lograr vuestra meta a pesar de vuestras debilidades e imperfecciones. Yo os he enseñado, es decir os he hablado Yo Mismo, entregándoos la medicina Yo Mismo por la cual podéis sanar. Es cierto de que Yo Mismo he regresado a Mi Reino, pero Mi Palabra se acerca a vosotros siempre de nuevo, pues Yo Mismo hablo por la boca de mis siervos, de Mis discípulos que hablan por encargo Mio. En la Palabra desciendo, Yo estoy con vosotros en la Palabra, porque me compadecía de veros andar perdidos en la debilidad de vuestra alma enferma, porque sé que necesitáis un médico Que os pueda curar, porque El conoce vuestro estado y tiene la verdadera medicina dispuesta. Pero pocas veces, sólo, buscáis a este médico, por lo que permanecéis en vuestra debilidad y no podéis restableceros. Y aunque Yo os hable no me escucháis, y pasa el corto lapso de vuestra vida terrena sin haber aportado a vuestra alma un avance espiritual. Así que por eso tengo que dejar que Mi Voz resuene singularmente fuerte; como un médico concienzudo tengo que efectuar intervenciones dolorosas para salvar a vuestra alma de la muerte segura. Pensad en eso si experimentáis lo que os parece horrible y que no podéis hacer compatible con “el amor de un Dios”.
Pensad de que Yo no os obligo a que me escuchéis, pero si os negáis, hablo así, de modo que tengáis que percibirme .... Pensadlo, que incluso la intervención más dolorosa, sólo en Mi amor hacia vosotros está fundada. Así, en cuanto me déis una vez la posibilidad de hablaros, ocupándoos en la mente con el Uno, el Poderoso, que dirige todo vuestro destino, ya un gran peligro se aparta de vosotros. Entonces os habéis confiado al médico y asistente al mismo tiempo y puede entregaros la verdadera medicina, hablándoos y dando indicaciones, cuya observación os arrebata de la muerte. Yo sólo quiero conseguir de que vuestros pensamientos se ocupen conmigo, porque es entonces primeramente cuando encuentro acceso en vuestro corazón, porque entonces me abrís libremente la puerta para que pueda entrar y daros lo que imprescindiblemente necesitáis. Y como Yo no empleo la violencia, me sirvo de otros medios que puedan dirigir vuestros pensamientos a Mí. Y todos los sucesos llenos de sufrimiento, cada clase de golpes del destino o también catástrofes naturales son tales medios para Mis criaturas, que piensan poco en Mí en la vida de la tierra y su verdadera tarea; me da pena porque sus enfermas almas tienen todavía que cargar con mucho sufrimiento, si no aspiran a restablecerse en tanto que permanezcan sobre la tierra. Pues Yo soy un Dios del amor, Quien quiere ver feliz a todas sus criaturas, Quien siempre respeta la voluntad de ellos y por eso se deja a su propio criterio como se forma su destino ulterior.
Amén
Traducido por Pilar Coors