6760 Es imprescindible el oír la Palabra de Dios - (Yo no hago nada malo)
12 de febrero de 1957: Libro 72
También resultará para vosotros en tinieblas si os cerráis a Mis Palabras, si creéis poder pasaros sin Mi alocución, si váis así por la vida terrena sin Mi Palabra. Pronto estáis listos con la explicación: "Yo no hago nada malo", pero creéis que ya no necesitáis nada más, vosotros creéis que obrando bien y cumpliendo con vuestra deber, como decís, pero os ponéis apartados de Mí, creéis tal vez en Mí como en vuestro Dios y Creador, pero no sentís ansia de Mi Palabra, y eso es, porque esta Mi Palabra os manda hacer más a lo que vosotros estáis dispuestos de hacer, porque Mi Palabra pide de vosotros obras de amor, mas eso lo dejáis de hacer, pues el egoísmo es aún demasíado grande.
Si creéis de ese modo en un Dios, entonces tenéis que oír también, lo que El pide de vosotros. Y si no Le escucháis, entonces es también vuestra fe sólo una fe muerta, y vuestra aseveración de creer en El es entonces sólo una locución, son palabras sin vida, que de nada os sirven para la Bienaventuranza. Y vosotros, los que habláis así, debieraís reflexionar seriamente que el día de vuestro fin puede venir de repente, y debieráis dar cuenta a vosotros mismos como seria, si podriáis aprobar. Pues en el interior más profundo no habéis perdido todavía la fe en Mí, de lo contrario tampoco os esforzaríais en vivir justos en la tierra.
Pero es sólo muy débil, precisamente porque os falta la confortación, que por Mi Palabra se os participa. Ya camináis mal en las tinieblas, mas podéis, sin embargo, procuraros todavía en la tierra luz, si no soís de mala fe o intención. Pues Mi Palabra se os lleva de cerca cada vez de nuevo, y si una vez sólo puede ella penetraros hasta el corazón, os conmoverá, como una corriente de fuerza, y entonces se podrá hacer luz en vosotros.
Todos tenéis que dejar que os hable, si queréis dejar atrás vuestro camino terrenal con una ganancia para el reino del otro mundo, y eso significa que tenéis que uniros Conmigo íntimamente, si Mi Palabra se os es llevada en algún modo; de que queráis pues, oír algo de Mí Mismo. Pues un anunciamiento vacío de Mi Palabra que escucháis, sin la voluntad esta de percibirme a Mí Mismo, no puede ser calificada con el oír Mi Palabra y de eso tampoco tendréis ningún beneficio para vuestra alma. Y por eso sólo puede percibir el hombre Mi Palabra que cree en Mí y en esa fe espera Mi Platica.
Pero también el anunciamiento muerto de Mi Palabra puede motivar a un hombre, a establecer él mismo la atadura Conmigo, un acto ceremonioso puede hacer o llegar a ser un suceso vivo, por eso es aconsejable siempre buscar los lugares donde es anunciada Mi Palabra, pues tan pronto como algo sea captado por la razón, puede encontrar el camino al corazón, lo cual es cosa de la libre voluntad, pero posible por eso. Y toda posibilidad debe ser aprovechada donde un hombre pueda encontrarme.
Y así el trabajo está siempre bendecido, el trabajo que está prestado por los que tratan de divulgar Mi Palabra. Es la siembra de una buena semilla, que si bien puede caer en los más diferentes suelos, pero no obstante un grano de semilla puede echar raíces y brotar.
Que jamás crea un hombre que es vano semejante trabajo, pues el haber abierto a un alma sola la posibilidad de
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