Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6751

6751 Todos conocen los mandamientos divinos del amor....

1 de febrero de 1957: Libro 72

Todos conocen los mandamientos del amor a Dios y al prójimo, porque están escritas en el corazón de cada ser humano en el sentido de que todos sienten en sí mismos cómo una obra de amor le afecta a sí mismo, cómo siempre será feliz cuando sea considerado amorosamente por Mi Mismo o por su prójimo. Y entonces, él también podrá concluir que prójimo reclama la misma atención de amor y que Yo Mismo también exijo amor del ser humano que me debe su existencia.

Sin embargo, la chispa de amor ya puede haberse sofocado en el hombre, puede haber construido un obstáculo por sí mismo para el obrar amoroso frente al prójimo. Pero incluso entonces él sabe acerca de Mis mandamientos de amor a través de Mi Palabra que es predicado en todo el mundo y que tiene como contenido Mi enseñanza de amor. Y incluso él puede querer ignorar eso también, porque nunca será obligado a amar.... Entonces, sin embargo, surgen emergencias que lo afectan a él o a sus semejantes.... Y nuevamente el mandamiento de amor se le pone ante sus ojos, él mismo deseará amor cuando está afectado por una necesidad o será obviamente alentado a obrar el amor frente al prójimo por la necesidad que ha afectado a este.

Nadie puede decir que Mis mandamientos de amor le han quedado ajenos.... El hecho de que ahora hay tan poco amor entre los hombres demuestra el poder que Mi oponente ahora ha ganado sobre los humanos.... Y esto a su vez demuestra que el divino Redentor Jesucristo no es respetado, que no es reconocido y que por eso no puede venir a ayudar a los hombres a aquellos que están a merced del poder de Mi oponente y de lo cual sucumbirán si no se dirigen a Jesucristo.

Aquel tiene un gran poder, pero vosotros, los hombres, le dais este poder vosotros mismos, porque él no puede obligaros a pertenecer a él. Pero vosotros mismos disponéis de un libre albedrio y podéis usarlo también en otra dirección.... Podéis confiaros a Jesucristo y presentarle vuestras debilidades, también podéis confesarle que vuestro amor propio sigue siendo fuerte y que queréis libraros de ello, y Él seguramente os ayudaría y os daría el fortalecimiento de la voluntad....

Pero creéis muy poco, porque esa también es influencia de Mi oponente, porque debilita la fe en Mí en Jesucristo. Probablemente estáis expuestos a su influencia y, sin embargo, es vuestro libre albedrio que decide si os dejáis determinar o si dirijáis a Mí.... Ya sea que consideréis vuestro propio “yo” y os entregáis completamente a aquel que está desprovisto de todo amor. Como ser humano, ya habéis recuperado un cierto nivel de madurez espiritual, y esta madurez también os garantiza una fuerza de decisión libre.... Mi oponente no puede forzaros, solo tentados.... Yo tampoco os obligo y en contra de sus tentaciones os pongo muchas gracias que también podéis aprovechar.... Pero la decisión depende de vosotros mismos....

No hay ni un ser humano que no podría tomar la decisión correcta.... Porque puse la chispa de amor en el corazón de cada ser humano, que es Mi parte, es decir, cada ser humano puede sentir amor en sí mismo, pero debe permitirse ser tocado y no debe poner resistencia.

Y hasta el final de su vida, Mis mandamientos de amor serán entregados a él una y otra vez, aunque si los hombres no les prestan atención, si no cumplen con los mandamientos, siempre escucharán acerca de esos y no quedarán desconocidos a ninguna persona, pero solo se les puede enseñar, pero nunca necesariamente ser exigidos, para que el hombre pueda cumplirlas.

La libertad de la voluntad es decisiva si el hombre Me confiesa en Jesucristo, si vive su vida de acuerdo con la enseñanza divina del amor y, por lo tanto, se libera de su torturador.... No será forzado, pero en todos los sentidos se le brinda Mi apoyo y en todos los sentidos será animado a obrar en amor, porque solo el amor puede redimirlo....

Amén

Traducido por Meinhard Füssel