Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6700
6700 Lograr la libertad en el tiempo que queda hasta el final.
28 de noviembre de 1956: Libro 72
Las ataduras de la cautividad todavía os pueden agobiar eternamente, pero también podéis deshaceros de ellas en poco tiempo, dado que verdaderamente tenéis todos los medios a vuestra disposición - mediante el Redentor divino Jesucristo que para vosotros murió en la cruz. Tened en consideración que aún tendréis que languidecer tiempos infinitos si no os servís de las Gracias de su Obra de Redención... si no os refugiáis en Él, siendo Él el Único que puede soltar vuestras ataduras. Pues tened en consideración que en vuestra vida terrenal os está señalado el camino que debéis ir para lograr vuestra libertad definitiva.
Si vais por ahí totalmente sin saber de Jesucristo y su Obra de Redención, entonces tampoco podréis invocarle por Ayuda. Pero este saber está traído a todos los seres humanos aunque sea de manera muy distinta, y los pocos que están privados de él –porque la madurez de sus almas aún no ha llegado al grado que puede llevar a la perfección todavía estando en la Tierra– en el Reino del Más Allá aún llegarán al saber sobre Él. Y si tienen una buena voluntad aún podrán liberarse de sus ataduras.
Pero a los seres humanos en la Tierra el saber sobre Jesucristo no les resulta oculto, y donde no les puede ser traído desde el exterior, allí se lo comunica mi Espíritu que introduce a los hombres en la Verdad, tal como Yo se lo he prometido. Esto debéis saberlo para que estéis conscientes de la gran importancia de vuestro camino por el valle de esta Tierra... que hay un camino para llegar a ser completamente libre y para poder entrar en el Reino de Luz como ser bienaventurado. Y Ya que vosotros todos conocéis este camino, ahora también debéis irlo.
Vosotros todos debéis ir el camino hacia la cruz... vosotros todos debéis entregaros a Jesucristo para poder pasar por la Puerta y entrar en el Reino de la Bienaventuranza. Pero nadie podrá llegar a ser bienaventurado sin Jesucristo, porque tendrá que continuar cargado con sus ataduras hasta que se decida a ir este camino a Él, hacia la cruz.
A todos vosotros los seres humanos ya no os queda mucho tiempo... tened en cuenta que en este poco tiempo que os queda hasta el final aún podréis lograr la libertad - pero que también podéis volver a jugárosla por tiempo infinito si rechazáis a Jesucristo a pesar de saber de Él y de su Obra de Piedad... si os portáis con indiferencia ante Él y si en vuestro camino hacia la perfección no le invocáis por Ayuda...
No os podéis imaginar el Regalo de Gracia que está a vuestra disposición, mediante el cual podéis encontrar liberación de una cautividad casi eterna, ¡pero esto se os lo dice cada vez de nuevo sin encontrar vuestra aprobación!
Sólo mediante Jesucristo podéis llegar a ser redimidos de vuestra culpa - del poder de mi adversario... Pues ya no tenéis que quedaros mucho tiempo bajo su dominio porque podéis liberaros de él y echar de vosotros todas ataduras. Porque hay Uno que os ayuda si tan sólo os dirijáis a Él y le invocáis su Ayuda. Pero para eso sólo os queda poco tiempo a la disposición. Y si lo omitís, entonces todavía quedaréis tiempos infinitos en el poder de mi adversario hasta que alguna vez de nuevo os esté ofrecida la ocasión para invocar a ese Uno y rogarle por Clemencia.
No prolonguéis vosotros mismos el tiempo de vuestra cautividad, aceptad deleitados la buena nueva de la Redención por Jesucristo y dirigíos a Él para que os ayude para conseguir la libertad, para que su Sangre también haya sido derramada para vosotros. Los que le conocéis, no paséis de largo ante Él. Tened fe en que únicamente Él puede salvaros del pecado y de la muerte... dad los últimos pasos de vuestro proceso de desarrollo en esta Tierra... id hacia la cruz de Gólgota y en libertad bienaventurada podréis alzaros al Reino de Luz donde eternamente ya no habrá noche...
Amén.
Traducido por Ion Chincea