Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6630
6630 Un recordatorio para trabajar incansablemente en la viña....
28 de agosto de 1956: Libro 71
La confusión entre los humanos aumenta cada vez más y se alejan cada vez más de la verdad porque están completamente bajo la influencia de aquel que es el enemigo de la verdad. Porque sus pensamientos están dirigidos al mundo, y al hacerlo también se entregan al Señor de este mundo, que no deja piedra sin remover para mantener la verdad alejada de los humanos. Pero tampoco se les puede enseñar; están completamente convencidos de que vivan recta y justamente porque sólo consideran sus propias ventajas y consideran bueno todo lo que es bueno para ellos. Y tal actitud nunca podrá traerles la verdad, que pertenece a aquellos que desprecian el mundo y sólo luchan por el reino espiritual. Es imposible moverse en el mundo y en la verdad al mismo tiempo.... porque la verdad exige renunciar al mundo.
Sólo una renuncia a los bienes terrenales trae al hombre bienes espirituales. Pero mientras el hombre no busque otra cosa que bienes terrenales, se le negará la verdad o no la reconocerá ni la evaluará como verdad, incluso si todavía se le ofrece. Pero un hombre mundano tampoco desea la verdad; se contenta con los bienes que le hacen agradable la vida en la tierra y no piensa en la vida del alma después de la muerte. Y su estado mental se vuelve cada vez más oscuro, su pensamiento cada vez más erróneo y su alma cada vez más infeliz....
Si Yo ahora os explico la oscuridad espiritual, esto no significa que vosotros, Mis siervos en la tierra, debéis aflojar en vuestro trabajo para Mí y Mi reino. Donde no experimentéis ningún éxito, allí “sacudid el polvo de vuestros pies” y seguid adelante.... Debéis hacer el trabajo en Mi viña sin desanimaros, porque no se hace en vano, aun así producirá éxito, porque ningún trabajo espiritual es inútil, simplemente no podéis ver cómo vuestros esfuerzos están teniendo un impacto.
Y por eso no os canséis y llevad siempre Mi Palabra al mundo entero.... Si uno os rechaza, pasad al siguiente y seguid adelante, un grano quedará en cada uno; puede caer en terreno pedregoso, pero una semilla también puede brotar en secreto en un momento en el que ya no pensáis en ella.... Una sola palabra puede haber quedado en la memoria y más tarde puede sonar suavemente una y otra vez y encontrar un echo.... Porque no pierde su efecto de fuerza, y Yo cuento con esto....
No debéis dejar caer vuestras manos irremediablemente, no debéis abandonar vuestro trabajo.... sólo debéis saber siempre que Yo Mismo estoy con vosotros y bendigo cada trabajo para Mí y Mi reino....y que esta bendición un día será obvio, es decir, que no se haya hecho ningún trabajo en vano. Porque tan pronto como el deseo por el mundo disminuye, los pensamientos previamente confusos también se aclaran y las cosas que se ha hundido salen a la superficie.... Y una vez que el deseo por el mundo disminuye, de eso Me ocuparé Yo Mismo, aunque sea muchas veces de forma dolorosa.... Pero el objetivo es salvar el alma y no el cuerpo. Y el sufrimiento del cuerpo puede ser extremadamente curativo para el alma. Así que no os preocupéis por eso, sino realizad sin desánimo la obra para la cual os ofrecisteis voluntariamente a Mí....
Aceptad sin complejos incluso las opiniones despectivas y no dejéis que os frenen.... seguid caminando y ofreced Mi don de gracia a todos los que encontréis.... De vez en cuando encontraréis aceptación y podréis realizar un trabajo beneficioso. Y si cada uno de los Míos vuelve a salvar sólo una sola alma, entonces ha realizado un trabajo bendito que tiene un impacto que no se puede medir....
Pero siempre tendréis el mundo como vuestro adversario, pero también debéis dar a los hombres mundanos lo que es para su salvación.... Porque muchos de ellos recordarán vuestras palabras cuando llegue el momento en que se cumpla lo que ya os he anunciado desde mucho tiempo.... Y entonces la semilla podrá brotar y dar fruto.... Porque hasta el final cada persona todavía tiene la oportunidad de invocarme a Mí Mismo y no habrá ninguna llamada a Mí en vano....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise