Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6549
6549 El camino a la Patria eterna
17 de mayo de 1956: Libro 70
El camino a la Patria puede ser largo y cómodo, pero también puede ser corto y pesado - eso conforme a la seriedad con la que queréis lograr vuestra meta. Pero también es fácil que sigáis un camino erróneo, si no os importa a donde os lleva. Un camino pesado nunca os llevará a las profundidades, porque aquel que quiere arrastraros a estas siempre va a mostraros caminos que os seducen a irlos... él nunca va a atraeros vía caminos pesados. Por eso siempre os deben surgir dudas si vuestro camino por la Tierra resulta sobremanera fácil y rico en placeres; pues entonces siempre deberíais preguntaros si andáis bien... si andáis el camino que lleva a la eterna Patria... Pero en general os quedáis contentos si vuestra vida terrenal tan sólo os regala lo que os complace - y apenas ya pensáis en la vida de vuestra alma después de la muerte del cuerpo. ¡De modo que alimentéis dudas!
Si queréis llegar a las Alturas, entonces vuestro ascenso debe costar fuerzas, pues nunca podrá ser recorrido sin esfuerzos - a no ser que os entreguéis plenamente a Mí y os dejéis guiar por Mí. Entonces no notaréis tanto los esfuerzos del ascenso, pero sin embargo el camino va cuesta arriba. Sed conscientes de que un camino llano nunca podrá llevaros a la meta... Por eso aceptad todos los apuros y penas con toda entrega, porque precisamente estos os garantizan un ascenso a lo Alto, hacia Mí - hacia Aquel al que nunca se encuentra en las profundidades sino siempre en las Alturas.
Y tened cuidado que desde estos caminos que ascienden no volváis a desviaros a la calle ancha y cómoda... porque en todo momento podéis cambiar vuestra meta... en todo momento tenéis la posibilidad de cambiar del camino ancho al estrecho difícilmente transitable, como también en todo momento el contrario, porque mi adversario nunca dejará de seduciros y siempre volverá a presentaros ambientes atractivos para que dirijáis vuestros pasos allí donde él quiere teneros.
Una vida mundana sobremanera fácil con toda clase de alegrías y gozos es un camino así... un camino ancho y fácilmente transitable... un camino que, por supuesto, aún antes del final de la vida terrenal puede ser cambiado contra aquel inclinado que lleva a la Altura. Pero a pesar de ser posible el alcanzar la meta habrá poca probabilidad de realizarlo, porque ningún hombre sabe cuándo su vida terrenal terminará, y si finalmente aún tendrá la oportunidad de girar al camino estrecho que lleva a la Altura.
Ningún hombre sabe si alguna vez podrá recuperar el tiempo desperdiciado - si todavía durante su vida en la Tierra podrá cambiar la dirección de su meta. Por eso no envidiéis a ninguno de vuestros semejantes cuya vida terrenal siempre parece ser desahogada y llena de alegrías. Pues aún no está en el buen camino y está asediado por aquel que quiere atraerle a las profundidades.
A pesar de todo, llevados por mi Mano, también vosotros podéis alegraros de la vida terrenal, sólo que vuestras alegrías y vuestros deseos serán de otra especie que aquellos que podéis observar en vuestros semejantes. Porque los dones que Yo distribuyo son de diferente especie - una especie que puede deleitar al hombre mucho más que los bienes mundanos y, a la vez, os proporcionan la fuerza necesaria para la ascensión a la Altura.
Si temprano os bifurcáis de la vía ancha al camino estrecho que lleva a la Altura –un camino que parece ser intransitable–, en verdad, habéis elegido bien, porque entonces ya no echáis de menos todo aquello que habéis dejado atrás... pues miráis hacia Arriba y seguís a la Luz, y así llegaréis con toda seguridad a la meta, a Mí, a la Casa de vuestro Padre.
Amén.
Traducido por Meinhard Füssel