Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6405
6405 Cambios en la constelación
18 de noviembre de 1955: Libro 68
A cortos intervalos experimentaréis acontecimientos que se repetirán y que os inquietarán porque no podréis explicároslos, y por eso teméis poderes contra los que no podréis defenderos. Pero tampoco podréis obtener explicaciones precisas, porque así lo quiere mi Voluntad, para que tengáis que contar con todo lo posible... para que cada uno tenga que prepararse correspondientemente. Pues Yo quiero que cada uno por sí mismo, es decir por su alma, saque un provecho de ello.
Donde hay una ausencia total de fe, allí la inquietud será muy intensa, mientras que los fieles más o menos se atienen a Mí y en mi Protección se sienten seguros. Pero como se trata de fenómenos causados cósmicamente, estos tendrán como consecuencia considerables discusiones públicas, de modo que cada uno hará sus íntimas reflexiones y también se expresará a sus semejantes.
Temporalmente los intereses mundanos pasarán a segundo plano, pero una vez que estos fenómenos hayan terminado, los hombres mundanos disfrutarán tanto más de las alegrías mundanas; y sólo pocos conservarán impresiones que luego darán lugar a horas contemplativas que pueden llevar a una modificación de la forma de pensar... todo esto hasta que los mismos acontecimientos se repitan y de nuevo causen pavor, porque por parte de la ciencia se teme una severa amenaza para el astro que es la Tierra.
Pues habrá cambios enigmáticos en la constelación que hasta ahora nunca estaban observados - cambios que podrían ser una severa amenaza para la Tierra. En la formación de un juicio sobre el efecto los puntos de vista de los hombres divergirán considerablemente: Habrá hombres que despreocupadamente pasarán por alto de ello y que continuarán disfrutando de su vida... habrá hombres que tomarán medidas completamente vanas... y habrá otros que reflexionarán y que en sus pensamientos consultarán con su Dios y Creador.
Y Yo dejo a cada uno su libre voluntad, aunque continuamente procure influir sobre los pensamientos de los hombres, para que lleven una conducta correcta... para que se dediquen al verdadero destino del hombre... para que en Mí lleguen al sosiego y Yo ahora pueda guiarlos para el bien de su alma.
¿Pero qué, en realidad, es lo que sucederá?
La constelación cambiará. Habrá estrellas que serán llevadas a otros trayectos, por lo que con la Tierra quedarán en otra relación que hasta ahora. En cambio, habrá otras estrellas que nunca se había visto, de las cuales una es un peligro inminente para la Tierra porque su trayecto hace temer que va a cruzar con él de la Tierra23.
Ningún hombre va a creer que algo tal va a suceder... y ningún hombre va a creer que leyes naturales puedan cambiar, ¡pero vosotros los hombres os encontráis ante el final! Vosotros mismos, los hombres, estáis preparando algo que tendrá consecuencias aún peores, ¡porque lo que vosotros emprenderéis pone en peligro toda la Tierra!
Lo que sucede por ser mi Voluntad no es más que un presagio del final - es una primera advertencia para vosotros, un medio de daros vestigios de la existencia de un Poder mayor, para que todos podáis dirigiros a este, y que de esta manera también podáis apartar de vosotros mismos un peligro inminente, si vosotros, es decir vuestra alma, saca el provecho conveniente de ello.
Pero lo que sucede después, esto afecta toda la Tierra y todo que vive en ella... Por eso, antes aún, me manifiesto de manera insólita –sin obligaros a reconocerme como Autor de todo aquello que es enorme en su efecto– pero sin afectar toda la Tierra. Porque Yo conozco todas las leyes naturales y sus efectos, y también sé cómo evitar cualquier acontecimiento o reducir su efecto.
Cuando permito que suceda algo, siempre será para que sirva para vuestra salvación; pues debe atraeros hacia Mí, para que vosotros los hombres reconozcáis a un Dios al que debéis refugiaros porque Él es vuestro Padre. Se trata de la última señal antes de llegar el final - el último intento de mi Amor y mi Misericordia de salvar lo que todavía tenga remedio...
Amén.
Traducido por Pilar Coors