Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6268
6268 Tarea de los discípulos: proclamar la enseñanza de amor del Señor...
28 de mayo de 1955: Libro 67
Este es Mi mandato para vosotros, que prediquéis sobre el amor, que ayuda a la bienaventuranza eterna... Solo puedo dar este mandato a aquellos que están dispuestos a escucharme a Mi Mismo de antemano para devolver ahora lo escuchado a sus prójimos... Sólo puedo mandar personas al mundo con esta misión, que voluntariamente se pongan a Mi disposición, que por tanto Me reconozcan como Dios y Padre y quienes ahora como hijos Míos quieren cumplir Mi voluntad... de lo contrario no escucharían lo que tengo que decirles y lo que deben proclamar en Mi nombre.
Pero también tienen que ser capaces de escucharme... Este es el primer requisito para un discípulo elegido por Mí, porque lo que deben transmitir vivaz no es un don humano sino divino, que por lo tanto deben recibir de Dios Mismo, porque la gente no lo posee y, por lo tanto, no puede distribuirlo. Porque la Palabra solo cobra vida con Mi apoyo, Yo Mismo tengo que poder obrar en la persona si quiere entender la Palabra como tiene que ser comprendida para poder ser transmitida vivaz de nuevo... y esto siempre se aplica también a las personas que la reciben de Mi discípulo... solo cuando Yo también pueda obrar en ellas a través de Mi Espíritu, será comprensible para ellas y despertarlas a la vida... por eso siempre tiene que ser Yo Mismo, Quien habla y quiere ser escuchado, de lo contrario solo son palabras vacías que no tocan el corazón o malinterpretan, es decir, no son interpretadas según el sentido.
Así que vosotros debéis llevar el Evangelio al mundo, vosotros debéis proclamar la enseñanza del amor a la gente, y aunque estáis familiarizados con la palabra “amor”, primero debéis comprender el significado profundo y la urgencia de una vida amorosa según Mi voluntad, y debéis saber que la dicha solo depende del cumplimiento de estos mandamientos de amor, por lo que también se os revela Mi Plan de Salvación desde la eternidad y ahora podéis reconocer por qué el amor es lo más importante... por qué Yo Mismo descendí a la tierra cuando la humanidad despreciaba por completo el amor...
Para poder enseñar correctamente, el maestro deber tener un conocimiento muy profundo, y si os doy la orden de que salgáis para enseñar a vuestros semejantes, también os daré el conocimiento necesario y os lo impartiré a través del Espíritu... por lo tanto, cada uno es capaz de llevar a cabo Mi mandato, que permite que permite que Mi Espíritu obre, primero moldeándose a sí mismo para amar, al practicar lo que también se supone que debe enseñar a sus semejantes... Entonces también podrá hablarles con convicción sobre el efecto de una vida amorosa, y puede advertirles de las consecuencias de una forma de vida sin amor... él puede revelarles vívidamente lo que su espíritu le da, y sabrá que soy Yo, Quien habla a través de él, y él será una forma voluntaria a través de la cual Yo Mismo Me puedo revelar...
El mandamiento del amor es el primero y más grande mandamiento... El cielo también está abierto para aquellos que lo cumplan, porque a éste también será el reino que no es de este mundo... Él será un candidato a este reino, y será feliz para siempre...
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise