Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/6251
6251 La verdad no se puede impedir...
6 de mayo de 1955: Libro 67
Nunca permitiré que el camino a la verdad sea bloqueado para aquellos que quieren caminarlo... Mi oponente nunca tendrá el derecho de influenciar por la fuerza en aquellos, porque este derecho le fue quitado a través de Mi muerte en la cruz. Ya no puede impediros, si vosotros mismos lo deseáis, que lleguéis a la meta a través de la verdad... la unificación eterna Conmigo. Es por eso que todo se puede emprender en la tierra por parte del poder hostil que se dirige contra la verdad... Yo Mismo Me encargaré de que se transmita a quienes la buscan... porque realmente no necesito ninguna persona para esto, Yo puedo transmitirlo directamente a quienes se esfuerzan por lograrla o pasarla a través de Mis sirvientes, y tal propiedad espiritual es verdaderamente inviolable por parte del oponente de la verdad...
Lo que se imparte a un hombre a través del Espíritu, esto no puede robarle ningún poder terrenal o poder espiritual malo, porque Mi Espíritu obra fuera de las leyes terrenales. Mi Espíritu solo necesita el profundo y serio deseo de la verdad para poder obrar en el hombre. Es por eso que no hay necesidad de temer ningún contrarrestar donde Yo Mismo estoy activo... a pesar de que la gente está presionada desde afuera. Nadie debe temer caer en la oscuridad, la oscuridad espiritual, si se actua contra la verdad.
La luz correcta viene de dentro, la luz correcta es encendida por el amor, y mientras ningún poder terrenal sea capaz de invalidar por la fuerza la voluntad de amar, mientras ningún poder sea capaz de reprimir el deseo de la gente por la verdad, tanto tiempo sea imposible erradicar la verdad misma, porque se levantará una y otra vez en el corazón de quien lucha por ella... y quien ha vuelto su voluntad hacia Mí siempre luchará por la verdad porque Yo Mismo soy la verdad...
Que así os lo diga, que Mi oponente no puede desplazarme a Mí Mismo, y si todavía lucha tanto contra la verdad, contra la luz que ilumina los corazones humanos... Él sucumbirá a Mí, porque Mi luz le deslumbrará, que se caerá al suelo si lo dejo brillar con todas Mis fuerzas... Pero aún así se lo dejo a vosotros humanos, qué tan brillante brilla la luz, todavía la hago dependiente de vuestra voluntad, que determina la luminosidad.
Vosotros mismos tenéis que esforzaros por la verdad para poder calentaros en su resplandor de luz. Yo no Me empujo hacia adelante con la verdad si vosotros mismos no desarrolláis un deseo por ella... y así tampoco tenéis que temer a Mi oponente, sino solo a vosotros mismos, si os quedáis tibios e indiferentes a la verdad y así os selláis como amigo de Mi oponente, porque cumplís su deseo. Entonces nunca llegaréis a la verdad... pero Mi adversario no puede impedir que el buscador serio reciba la verdad; Yo Mismo lo instruiré, y verdaderamente sabré de qué manera, en qué forma puedo ofrecérsela... y ningún poder podrá impedirle recibir la verdad directamente de Mí, Que Yo Mismo soy la verdad, la luz de la eternidad...
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise