Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5723
5723 Síntomas del fin del mundo
14 de julio de 1953: Libro 62
No os hagáis ninguna falsa esperanza y no esperéis para vosotros ningún progreso que dure mucho. Todo lo que poseéis, todo os será quitado otra vez lo que os adquiráis, y una miseria inconmensurable sobrevendrá a los hombres, igual donde sea, pues sucede el fin. Y donde los hombres se quedan con su propiedad y bienes, donde a ellos les parece que viven en seguridad, allí agita Mi Brazo sobre los hombres otra vara de azote, de disciplina, pues en todas partes trato Yo de influenciar educativamente en los hombres, según sea su voluntad y conducta y ninguno podrá alegrarse bien de su vida, excepto los pocos que se encuentran en el conocimiento y los que en verdad también pueden alegrarse del fin, de que un periodo de tiempo se reduzca, el cual les abre una nueva vida en el Paraíso y por eso puede ser esperado con impaciencia por los Mios.
Mas donde la humanidad vive en el pecado, allí también hay un progreso visible, sin embargo de efecto opuesto. Pues ese progreso terrenal es un medio de Satanás, que hace a los hombres más dúciles a él, es el precio de compra para aquellas almas que se pierden por tiempos infinitos. Y si vosotros hombres reconocéis ese progreso terrenal, sabed entonces que el fin ya no está lejos, pues lo constataréis donde no hay ninguna fe y ningún amor, donde manifiestamente reina Mi adversario y donde sin escrúpulos se procede en contra de la fe, en contra de los Míos.
Y por eso en el mundo entero se hallará una gran misería junto a una vída holgada pecadora, en todo el mundo se sobrepondrá la falta de cariño y el amor será avasallado y en todo el mundo será patente el afán a la materia y los aspiradores espirituales tendrán muchos enemigos. En todas parte serán anotados destrucciones en pequeña y gran dimensión, se observará en todas partes una extraordinaria subversión, ya sea de forma natural, o también motivada por los seres humanos, todo se rompe abriendose paso, acontecerán cosas, para las que nadie encuentra una aclaración, habrá visiblemente fuerzas en actuación que atemorizan a los hombres, porque se sienten impotentes ante ellas. De todos modos hay que influír en los indecisos, pues los que vegetan en el pecado, no se fijan en esas apariciones, ellos no se dejan perturbar en su conducta, ellos se burlan y se rien y dirigen palabras contra Dios de una manca indescriptiblemente frívola. Y todos los que tienen un carácter y modo de pensar solamente mundano, los aprueban, pues la materia los tiene agarrados y ya no los suelta más. Ellos tratan de obtenerse a la fuerza la posesión, el placer y el prestigio y no se espantan de traicionar y acusar a sus semejantes y de entregarlos en la desgracia y miseria.
El mundo está lleno de diablos y él no puede permanecer más tiempo existiendo. Mas Yo conozco a cada alma y llamo a muchas, ante que llegue el fin. Y también la muerte de muchos repentina significa para los hombres un tiempo de temor inquietante y de grandes sufrimientos y penas, por los que también aún se puede obtener pequeños éxitos, pues desde el reino espiritual pueden las almas influenciar a los hombres en la tierra y alguna alma logrará transformar el carácter de los que mentalmente o espiritualmente están retrasados y de guiarlo al reino espiritual y de ese modo fue también ese sufrimiento todavía una gracia, el cual llevó a algunas almas la redención. Vosotros hombres, fijáos en todo eso y no esperéis ninguna mejoría en el futuro de vuestra situación terrena, pues eso no sería para vosotros un buen síntoma, a no sea que os encontréis ya en Mi campo y vivaís conscientes el último tiempo. A la mayoría de los hombres tengo que agarrarlos rigurosamente, para preservarlos del peor mal; de la caída en el abismo, cuando haya llegado el fin.
Amén
Traducido por Pilar Coors