Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5637

5637 Promesa de vida.... Muerte.... Falta de fuerza....

27 de marzo de 1953: Libro 62

Nadie puede vivir si Yo no le doy la vida, pero él puede existir y encontrarse en el estado de muerte.... Porque estar muerto no significa haber perecido por completo, sino que seguir existiendo en completa impotencia y, sin embargo, saber de la propia existencia. Pero la vida correcta es poder obrar en la luz y la fuerza y ser feliz y usar su fuerza en la misma voluntad que Yo. Y solo Yo puedo darle esta vida real al ser al suministrar luz y fuerza, es decir suministrar la corriente de la vida, que es ilimitada.

Pero esta transmisión de fuerza depende del ser mismo, porque esto también requiere una cierta capacidad de recepción y voluntad, porque Mi fuerza no se transmite a ningún ser en contra de su voluntad y porque la disposición del ser también debe ser tal, que la corriente de fuerza encuentre un recipiente adecuado, porque de lo contrario el ser se vería obligado a estar activo y luego no podría ser feliz. Pero sin fuerza, el ser está en un estado de parálisis, en estado de muerte, en completa inmovilidad, y sin estado siente su estado como un tormento porque ya ha conocido el estado de libertad y por lo tanto ha retrocedido en lugar de avanzar como era su destino. Pero Yo no le di la muerte al ser, sino la vida....

Pero el ser mismo se alejó voluntariamente de Mí como dador de vida y se dirigió hacia la muerte, es decir, se defendió de Mi arroyo de fuerza amorosa y cayó en un estado de impotencia sin saber que esto significa tormento y tinieblas eternas. El ser mismo tiene que volver a añorar lo que una vez desdeñó, tiene que pedir Mi fuerza de nuevo por su propia voluntad, que una vez rechazó, y esta tarea tiene que cumplir el hombre en la vida terrenal.... Adquirir Mi fuerza de amor y formarse a sí mismo de tal manera que esta mi fuerza de amor pueda fluir hacia el ser, de modo que ahora sea revivido a través de Mi fuerza y que ahora pueda ser activo y sea dichoso, de modo que “viva” y no pierde su vida para siempre.

Todo ser, pues, vivirá, que está inundado de Mi fuerza de amor, y cada ser está muerto, que carece de esta fuerza de amor. Pero la muerte nunca significa estar extinguido, un estado de olvido, insensibilidad o de calma.... Más bien es un estado de agonía inimaginable que solo puede remediarse aportando fuerza que reanima lo muerto y le da la capacidad de hacer algo.

Pero vosotros debéis vivir para siempre.... Esa fue Mi promesa, Yo por lo tanto puedo daros la vida, y quiero dárosla tan pronto como solo os abrís a Mi fluir de fuerza de amor, tan pronto como ya no os defendáis como lo hicisteis una vez. Pero no puedo obligaros a aceptar Mi fuerza de amor.... y por eso hay innumerables seres muertos porque ellos mismos no anhelan la vida, porque ellos mismos no hacen nada o no han hecho nada para ganarse fuerza, para adquirir la vida eterna. Y es por eso que todos esos seres están en una gran necesidad, en la más profunda oscuridad, donde aún podrían vivir en la luz y fuerza y la gloria....

Pero mientras Me desprecien, no puedo darles la fuerza, solo puedo extenderles siempre Mi mano amiga para que la agarren y ahora se dejen animar por Mí.... Por eso Mi amor está constantemente activo, en influir en esos seres, y Mi amor siempre triunfará en una obra de salvación; pero todavía pueden pasar tiempos eternos para los seres hasta que ellos mismos anhelen la luz y la fuerza, hasta que quieran escapar del estado de muerte y ahora podrán ser despertados a la vida.... pero que luego no pierden para siempre....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise