Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5634
5634 El amor paternal de Dios siempre distribuye....
24 de marzo de 1953: Libro 62
Me entrego a todos los niños que Me añoran, porque en Mi amor no puedo de otra manera que distribuir el amor donde encuentro corazones abiertos por el deseo. Entonces ningún hombre necesita creer que le abandono, que Me niego a él, porque veo el anhelo del corazón y lo calmo. Y el alma humana se abastece en abundancia, porque Mi amor significa fortalecimiento y santificación. Así que ninguna alma está condenada a estar en la miseria y no tener para vivir, que Me desea a Mí y Mi amor.
Pero Mis dones espirituales solo los puede sentir el alma que madura en sí misma como un fruto que es tocado por el rayo del sol y puede florecer aún más espléndidamente. Pero el sol de Mi amor aún tiene una fuerza mucho mayor, bajo sus rayos todas las envolturas se derriten y el alma despierta a una nueva vida.... Y así cada persona puede sacar el mayor beneficio para su alma, si tan solo Me desea profundamente, si se ajusta mentalmente a Mí de tal manera que tengo que enviarle Mi rayo de amor. Su alma madurará y pronto también podrá influir en toda la persona, en su pensamiento intelectual y en su voluntad, para que se produzca el cambio de esencia del ser humano, que es su tarea real en la vida terrenal.
Pero mientras vive en la tierra, el hombre también está expuesto a las fuerzas opuestas, es decir, estas también buscan ejercer su influencia, y donde ven poco éxito, y también donde conocen una conexión obvia Conmigo, no dejan de influir en el hombre de tal manera para que éste se pierda.... Una y otra vez le ponen trampas en las que debe enredarse, y también a veces tienen éxito, es decir, cuando las gracias recibidas de Mí vuelven arrogante a una persona. Luego tratan de avivar esta arrogancia en todos los sentidos para que el pensamiento del hombre se dirija entonces hacia cosas o favores que Mi oponente le hace creer, que ahora cree que puede lograr.
Tan pronto como una persona se vuelve de espíritu arrogante, existe un gran peligro, porque la arrogancia es siempre un punto de ataque de Mi oponente, quien solo trata de llevar a los que se esfuerzan espiritualmente, a quienes cree perder, aparentemente llevarlos hacia Mí, pero al mismo tiempo quiere aumentar la necesidad de reconocimiento en ellos, que se supone que los derriba. A veces también logra hacer esto y luego se siente muy feliz. Es por eso que la profunda humildad y el amor silencioso por Mí es la protección más segura de él, entonces no encontrará un punto de ataque, y entonces esta alma se perderá irremediablemente para él, y Yo la he ganado para la eternidad.... amén
Traducido por Hans-Dieter Heise