Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5178
5178 Ayuda salvadora para almas en el Más Allá por parte de los hombres
25 de julio de 1951: Libro 58
Hay incontables almas en el Más Allá que luchan por llegar a la Altura, y estas se encuentran en grandes apuros porque su falta de fuerza no les permite el ascenso, y el reconocimiento de su debilidad las tormenta horriblemente porque no saben cómo remediarla. Precisamente esta falta de saber provoca su desdicha, porque la Ley desde eternidad sólo permite aplicarles lo que su voluntad permite - y conforme esta voluntad están atendidas.
Si desean la Luz, esta les será dada, pero sin nunca haberla sentido el bien que esta surte, tampoco la anhelan. Su estado angustioso consiste en que continuamente sufren porque ya no logran activar la voluntad para cambiar su estado desgraciado, porque no hacen sino servirse de ella para altercar con Dios y su suerte, y que rabian cruelmente contra toda su vecindad.
Estas almas ya se encuentran en un estado infernal porque hay poderes del infierno que continuamente las instigan; de modo que su cambio y su progreso hacia la Altura aún les costarán un tiempo inimaginable. También las almas que se han quedado en un letargo total pueden sufrir un tiempo eterno en una suerte fatal, si no les llega ayuda por alguna parte porque ellas solas no pueden remediar su situación a causa de la debilidad de su voluntad.
Para salir de esta miseria sólo les pueden ayudar seres cuyo amor las quiere liberar de las tinieblas... hombres en esta Tierra o también seres en el Más Allá que ya están en la Luz o que tienen un grado de saber ya algo más elevado que los capacita para prestar ayuda.
Incontables almas se encuentran en estos apuros, a los que los hombres deberían prestar ayuda, pero precisamente por parte de estos poca ayuda les llega, porque ya no creen en la vida del alma después de la muerte. En el ámbito espiritual los hombres tendrían un gran campo de actividad, si se hicieran cargo de las almas que en el Más Allá están sufriendo y les ayudaran para sacarlas de las profundidades... y esta ayuda prestada tendría su efecto sobre los mismos hombres el día que estos se encuentren en miseria corporal o anímica.
Pero los hombres se prestan poco para tal actividad redentora; e incluso a sus queridos en el Más Allá los dejan en sus apuros, a pesar de que se debieran preocupar sobre todo de estos...
Está bien hecho si en la Tierra se reúnen hombres que apoyen esa voluntad favorable a la Redención... hombres que quieren encender una Luz a muchas almas que se encuentran en tinieblas. Por eso también hay seres de Luz que apoyan la actividad redentora, manteniéndose cerca de lugares donde hay los que con amor se acuerdan de seres infelices en el Más Allá. Allí su asistencia es evidente, porque cuando la invasión de seres oscuros amenaza a la Obra de Redención, estos se ponen delante los hombres en la Tierra para protegerla.
Tanto las almas en el Más Allá como también los hombres en la Tierra tienen sus espíritus de la guarda que, cuando amenaza un peligro, entran en acción conforme a la voluntad de estos.
Pero donde haya hombres que quieren actuar de manera redentora, siempre estará el enemigo al acecho, para sembrar confusión donde se quiere ofrecer claridad a los que andan en tinieblas. Pero él no podrá evitar que los rayos de Luz que surgen del amor redentor aborden a las almas de las tinieblas, lo que a estas produce un bienestar; por eso acuden por donde sea que se reúnen hombres que les quieren ayudar - y esta voluntad será bendecida. Porque una vez que un alma haya entrado en la zona de influencia de un rayo de Luz de amor, esta nunca volverá a caer en la profundidad, sino buscará la Luz, y también la encontrará porque a cada alma será dado lo que desea.
Amén.
Traducido por Meinhard Füssel