5154 Gente del mundo... Fugacidad de lo terrenal... Transformación...
19 de junio de 1951: Libro 58
En el frenesí disfrute del mundo, la gente pierde todo sentido de lo divino-espiritual; todo lo sobrenatural les es irreal, imaginación y autosugestión morbosa, y por eso que solo se puede lograr poco éxito con ellos si Mis ciervos quieren enseñarles correctamente. Hay dos mundos enfrentados, y los habitantes de un mundo difícilmente pueden encontrar su camino en el otro mundo. Pero como no se puede presentar ninguna prueba tangible a la gente del mundo, rechazan todo lo espiritual como creaciones de sueños que no pueden tomarse en serio.
A éstos difícilmente se puede predicarles el Evangelio, que comenzó Conmigo, que da testimonio de Mí y tiene como contenido Mi enseñanza del amor. Porque la gente del mundo son yo-gente que no tiene entendimiento para Mi voluntad, para Mi mandamiento de amar. Por eso no querrán aceptar nada cuando Mis sirvientes les ofrezcan un don precioso porque no reconocen su valor. Y, sin embargo, también son Mis criaturas, a quienes quisiera ayudar antes de que sea demasiado tarde... Pero mientras adoren al mundo, todavía pertenecen a Mi adversario... pero si quieren separarse de él es cuestión de libre albedrio, es cuestionable, pero no imposible, porque el problema que se avecina pone ante sus ojos la fugacidad de lo terrenal y esto puede llevar al reconocimiento, si sólo lo quieren seriamente.
Mi adversario empuja a la gente a toda clase de obras de destrucción... A través de esto quiere librar lo espiritual atado de la materia para que no pueda desarrollarse hacia arriba. Pero inconscientemente contribuye a que algunos de sus seguidores despierten y reconozcan la fugacidad de lo terrenal. Y el reconocimiento puede llevar a un cambio de voluntad, un reconocimiento de la impermanencia de aquello por lo que la mayoría de la gente se esfuerza puede conducir a buscar y obtener algo imperecedero. Entonces, incluso el trabajo de Mi oponente se ha convertido en un éxito, y el ser humano encuentra el camino de regreso a Mí, de quien se había alejado. Pero el mundo rara vez renuncia a sus seguidores, porque estos también están en su mayoría subordinados a Mi oponente, quien los atrae constantemente con los bienes del mundo.
Pero Yo también trato de ganarme los hijos del mundo y por eso muchas veces tengo que una necesidad muy sensible se apodere de la gente, en la cual pueden llegar a darse cuenta que todo perece y es en vano y sólo lo que pertenece al mundo espiritual perdura. Es por eso que mis siervos en la tierra también deben tener un efecto en la gente del mundo, donde sea posible, porque lo que ha oído permanece más o menos en ella, aunque la rechaza, y el tiempo venidero dejará que muchos hombres reviven la Palabra que oyeron de Mis mensajeros, pero la rechazan. Brillará en ellos como una lucecita y con la actitud adecuada aún puede crecer hasta convertirse en una llama resplandeciente, porque el tiempo mismo hace su parte. Ningún hombre puede escapar de los problemas si Mi plan es ganarlo para Mi reino. Pero su voluntad permanece libre, y su suerte también será conforme a ella un día en la eternidad...
amén
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