Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/5042b
5042b La encarnación como ser humano es consecuencia del pecado.... Obra de Redención....
16 de enero de 1951: Libro 57
Así que se tuvo ofrecer una expiación increíblemente grande, porque según la justicia divina, se Me debía satisfacción; hasta cierto punto había que levantar el pecado y pagar un precio de compra inmenso por la libertad de los seres que se encuentran en el destierro. La deuda del pecado tenía que ser saldada.... Y esta obra fue realizada por el hombre de Jesús para toda la humanidad....
Vosotros, los humanos, no podéis imaginaros la grandeza de esta Obra de amor, porque también carecéis de comprensión de la magnitud de la culpa. Toda esencia de ser que todavía Me resiste vive en el pecado, inconscientemente en el estado atado y en el estado del libre albedrio, como ser humano, conscientemente, porque este también es consciente de su debilidad, de su falta de fuerza y falta de amor, mientras esté todavía bajo el hechizo del pecado.
Que en su mayoría no quiere admitir esto es una prueba evidente de falta de luz y también una prueba de su pecaminosidad, que no siempre significa una vida pecaminosa en la tierra. El gran pecado de la rebelión anterior contra Mi ha causado el estado desterrado, y este gran pecado primero tendrá que ser pagado, antes de que el ser alcance la fuerza y la luz.
El hombre Jesús sabía de la gran necesidad y la indecible miseria en la que se encontraba lo espiritual caído; también sabía que era imposible pagar la culpa durante la vida terrenal, y que incluso en el reino espiritual no podía ascender porque la carga del pecado siempre lo arrastraba hacia abajo y no podía defenderse de las fuerzas de abajo. Jesús sabía del estado lamentable de aquello que se había vuelto pecador por su propia voluntad, y quería ayudarlo.... quería asumir la inmensa culpa del pecado para traerle la redención. Su amor era sobrehumanamente grande, que llevaría a cabo una obra que consistía en penurias y sufrimientos sobrehumanos. Me ofreció una expiación. Él ha redimido a todos los hombres del pecado. Pero el libre albedrio del hombre no será apagado....
La Obra de Redención tiene que ser reconocida y ser reclamada.... El hombre también tiene que llevar su culpa excesivamente grande a la cruz del divino Redentor, y debe reconocerse y confesarse ante Él como un pecador, como un hombre débil y inadecuado que está atado y permanece, si Jesucristo no tiene piedad de él y lo defiende como un mediador misericordioso, Que está dispuesto a pagar su culpa, tan pronto como el hombre crea en Él como Redentor, Le confiesa arrepentido su pecaminosidad y pide perdón de su culpa.... El reconocimiento y la confesión de su propia culpa es solo el signo de la fe en Jesucristo....
El hombre tiene que llamarle desde la profundidad, tiene que implorarle por ayuda en su necesidad espiritual. Tiene que confiarse a Él, tiene que saber y confesar que está en las profundidades y necesita Su ayuda, tiene que acercarse a Él y exigirle misericordia, entonces también reconoce su culpa y su estado inferior que es la consecuencia del gran pecado que fue y es la causa de la encarnación de cada hombre en la tierra, y debe implorar el apoyo de Jesús en la oración para ascender a Mí, Quien Yo Mismo vine a Mis hijos en la tierra en el hombre Jesús para pagar la inmensa culpa del pecado.... Y serán redimidos todos los que se confiesan pecaminosos, porque al admitir su culpa, voluntariamente se separan de quien los hizo culpables, y piden perdón, que también se les otorga por el amor de Jesucristo....
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise