Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/4947

4947 El anticristo. La fe en peligro

6 de agosto de 1950: Libro 56

El anticristo procederá de manera imperdonable contra todos que todavía creen en un Dios del Cielo y de la Tierra, porque obliga a los hombres a la negación de su fe que por Mí es un asunto de la voluntad absolutamente libre del hombre... Pues los obliga a hacer amenazas de tomar medidas violentas que a los hombres parecen insoportables, por lo que estos son demasiado débiles para resistirse. La fe está en peligro... Esto debe dar que pensar a todos a los que Yo me acerco mediante mis mensajeros en la Tierra - a los que han recibido mi Palabra que otros mensajeros han recibido de Mí. La fe está en peligro... ¿Sabéis lo que significa el tener que pronunciarse abiertamente, enfrentándose con extremas penas terrenales? - ¿Sabéis cómo los hombres van a echar por tierra toda doctrina que fuera, con la intención de demostrar su absurdidad, y lo poco que vosotros les podréis replicar?

¿Sabéis lo difícil que os harán a quedar firmes en vuestra fe en Mí, en vuestro Dios y Padre desde toda eternidad?... ¿Cómo os quitarán y destruirán todo lo que hasta ahora os parecía ser inviolable? Se portarán de manera brutal con todos que decididamente se niegan a repudiarme, por lo que muchos de estos se debilitarán y me traicionarán sin oponer resistencia; porque les falta la fuerza de la fe que surge de la pura Verdad.

Quiero llamar vuestra atención sobre este tiempo para instruiros ya antemano, porque conozco la naturaleza de cada hombre y sé las penas espirituales que os tocarán por culpa de los efectos que surte mi adversario - el que por estas medidas tomadas pone claramente de relieve al anticristo. Y quiero informaros sobre su éxito, pues encontrará muchos seguidores porque luchará con todas las artimañas y todo poder... y logrará lo que antes muchos no han conseguido: va a desmoronar la fe que parecía tan inquebrantable... derrumbará con facilidad las doctrinas porque tendrá la facilidad de la palabra y demostrará a los hombres lo “erróneo” de su forma de pensar; y los que no me llevan en el corazón le vitorearán y le darán la razón, aún reforzando así su poder.

Él conseguirá lo que antes nadie ha conseguido: derrumbar un poder que constaba como invulnerable. Pero hay una muralla a la que no podrá derrumbar... donde encontrará resistencia porque allí se hallan mis luchadores bajo mi Dirección. Allí sus ataques son vanas porque mis luchadores son invencibles pues el escudo de la fe los cubre - una fe que es tan viva que en si misma es fuerza y no puede ser perturbada.

Estos luchadores míos perciben la fuerza directamente de Mí, porque podrán oír y también verme, y no serán vencidos por tentaciones. Serán sabedores, y por eso también reconocerán la hora que ha llegado... lo cercano que está el final. El saber correcto da a los míos la fuerza de aguantar hasta el final... pero es precisamente este saber correcto del cual carece la mayoría de los hombres, y si se les aporta este saber no lo aceptan.

Yo sé lo que va a suceder, y por eso quiero ayudaros. Pero esto sólo puedo hacerlo revelándoos de manera fiel lo de la lucha de la Luz contra las tinieblas en el último tiempo antes del final... lo del gran poder de mi adversario... lo del Amor aún mucho mayor de vuestro Padre celestial y de su Gracia dirigidos a todos aquellos que quieren seguir siendo Suyos - los que tienen la firme voluntad de formar parte del pequeño rebaño cuyo Pastor soy Yo, al que por eso no abandonaré ni en la lucha más terrible de la fe que los hombres de esta Tierra aún tendrán que sostener antes del final de este mundo.

Amén.

Traducido por Pilar Coors