Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/4837

4837 Retribución – Expiación.... Orden eterno.... Perdón por medio de Cristo....

14 de febrero de 1950: Libro 55

Hay una retribución para todas las acciones, buenas o malas, en esta tierra, y no podéis pecar con impunidad, al igual que no hacéis buenas obras sin recompensa, pero el miedo al castigo o la perspectiva de la recompensa no deberían determinaros a abstenerse del mal o hacer el bien. Por puro amor al prójimo no debéis hacerle daño, sino ayudarlo, es decir, estar dispuesto a servir, debéis hacer el bien por el bien y aborrecer el mal porque es malo. Así es Mi voluntad y corresponde a Mi orden desde la eternidad; es la ley del reino espiritual y por consiguiente del terrenal de vivir en Mi orden eterno, para por lo tanto ser feliz. Y quien trastorna esta ley del orden, se encuentra en un estado infeliz y será juzgado en consecuencia, es decir, será unido con lo espiritual, que está en contra de Mi voluntad, que se opone a ella, por lo que tampoco respeta Mi orden.

Y podrá reconocer la injusticia allí si quiere, y también tendrá la oportunidad de hacer las cosas bien. Pero esto requiere una voluntad muy fuerte tan pronto como el ser se separa de la tierra, mientras que en la tierra puede llegar más fácilmente a reconocer y expiar su injusticia.... Pero según la justicia divina todo injusticia debe ser expiada, y eso es todo lo que vosotros, los humanos, debéis considerar mientras os quedéis en la tierra. Por eso se os predica constantemente el amor, por eso se os trae el Evangelio, la enseñanza del amor de Cristo, para que reflexionéis, reconozcáis vuestro mal y os esforcéis en expiarlo con buenas obras, para que hagáis un esfuerzo por vivir en el amor, que es y sigue siendo la ley de Mi orden eterna hasta toda la eternidad.

Habrá retribución, y se os llamará felices si ya se os permite expiar en la tierra, porque en el más allá es extremadamente difícil deshacerse de vuestra culpa, tan difícil que necesitáis un tiempo tan increíblemente largo, mientras que en la tierra se os permite refugiaros a Aquel, Que murió por vuestra culpa del pecado.... Pero esto incluye siempre reconocer vuestra culpa y la voluntad de libraros de ella mediante la justa expiación o la ayuda de Jesucristo, a Quien debéis llamar para el perdón de vuestra culpa, que sin embargo, requiere que vosotros mismos la detestéis y tengáis una fuerte voluntad de mejoraros y de entrar en la ley de Mi orden eterno..... de vivir en amor como es Mi voluntad....

amor

Traducido por Hans-Dieter Heise