Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/4293
4293 Pre-humanos.... Creación representada pictóricamente....
8 de mayo de 1948: Libro 51
Debéis imaginaros el proceso de desarrollo de cualquier obra de creación para llegar a la convicción de que el ser humano también tuvo que pasar por un período interminable de desarrollo antes de llegar al estado en que pudiera pensar, hablar y actuar en el libre albedrío. En cierto sentido, era necesario primero formar una forma externa que fuera adecuada para cualquier actividad; además, esta forma externa tenía que ser capaz de una actividad orgánica que sirviera para el mantenimiento del cuerpo. Sin embargo, esta forma externa tuvo que desarrollarse primero de la manera más primitiva y entonces refinarse durante un largo período de tiempo, por lo que tomó mucho tiempo desarrollar esta forma externa de tal manera que pudiera recibir inteligencia y libre albedrío y ahora pudiera realizar cualquier actividad de forma racional.
De esto resulta que no hubo una creación repentina del ser humano por parte de Dios, aunque esto era ciertamente fácil para Él, pero no correspondía a Su sabiduría y amor, sino que precedió un desarrollo lentamente ascendente, cuyo producto es el ser humano capaz de pensar, de libre albedrío y de realizar acciones, que ahora también podía ser considerado responsable de sus pensamientos, deseos y acciones. Así que antes del ser humano plenamente desarrollado ya había seres vivos similares en la Tierra en diferentes etapas de desarrollo, pero en términos de tiempo no había gran diferencia, de modo que al mismo tiempo la Tierra no estaba habitada por el ser viviente que pudiera reclamar en nombre de “ser humano”, que estaba, por lo tanto, en posesión del libre albedrío y un intelecto bien desarrollado y, por lo tanto, capaz de adquirir un cierto grado de cognición.
Y este ser se reprodujo según la voluntad divina y según el orden divino, pues toda obra de creación, incluido el ser humano, está sujeta a la ley natural divina y está guiada y determinada a actuar conforme a la naturaleza, de la que también depende su existencia. También puede violar esta ley de la naturaleza, pero esto pondría en peligro su vida física como ser humano en la Tierra, así como la vida de su alma, para cuyo desarrollo ulterior se le fue dada la forma exterior.
(08.05.1948) Por el bien del alto objetivo, Dios tuvo que dar capacidades que le permitieran lograrlo si su libre albedrío se dirigía seriamente hacia ello. El ser humano debe adquirir capacidades por sí mismo, debe desarrollar sus talentos y esforzarse por lograr la más alta madurez del alma a través de esto. Por tanto, también debe seguir desarrollándose como ser humano, pero no en cuanto a su forma externa, sino que su pensar, querer y actuar deben basarse en su desarrollo interior, para que al final de su carrera terrena entre en el reino espiritual como un ser que se asemeja al ser primordial tal como emanó de Dios....
El acto de la creación es por tanto un proceso que se extendió durante un largo período de tiempo, pero que fue presentado a los humanos de una manera comprensible para ellos, porque el estado de imperfección de la criatura resulta en la ignorancia, en la incapacidad de reconocer los motivos más profundos de la creación, su sentido y finalidad, y el objetivo final de las criaturas puestas en la Tierra por Dios, por lo que el conocimiento debía ser presentado a estas últimas en una forma que diera un bosquejo aproximado del gobierno y de la obra de Dios, para hacer comprensible a los humanos en términos pictóricos la creación de la Tierra y de todos los seres vivos.
Pero tan pronto como el ser humano, a través del libre albedrío, logra la transformación al amor, tanto pronto como desarrolla la capacidad de recibir enseñanzas espirituales, tan pronto como está conectado mentalmente con el reino espiritual, también sabrá acerca de la verdad pura, acerca del lento desarrollo ascendente de toda la creación y, por tanto, también del ser humano, quien como corona de la creación es el único ser vivo que puede transformar la ignorancia en un alto grado de conocimiento, a quien, por tanto, también se le ha dado la capacidad de reconocer a Dios y Su obra, que revela el amor, la sabiduría y la omnipotencia.
Una vez que el ser humano haya adquirido este conocimiento, también será capaz de explicar comparación figurativa que una vez se les dio a los antiguos, quienes, si eran piadosos y temerosos de Dios, entendían su verdadero significado. Para los humanos sin fe, en cambio, cualquier representación de la creación parece falsa e inaceptable y la rechazan sin reconocer la verdad ni poder contrarrestarla con un conocimiento mejor. Pero incluso si se les presentara la verdad clara y comprensible, la rechazarían porque su mente no la captan, ya que sus corazones están sin amor....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise