Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/4116
4116 Ruina de la Tierra vieja - Experiencia en la carne - Aviso
5 de septiembre de 1947: Libro 50
Os he hecho saber que veréis el fin de la Tierra vieja en la carne y lo repetiré nuevamente para que lo creáis. Vuestra fe es débil y os rebeláis interiormente contra el hecho de estar viviendo el tiempo final. Pero si mi Espíritu os revela una y otra vez que el fin está muy cerca, ¿por qué no lo creéis? ¿De qué otro modo os puede ser revelada la Verdad de Mi mensaje? ¿Por que todavía tenéis esperanza y confiáis en el progreso y mejoramiento de las condiciones terrenas? ¿Por qué resulta tan increíble e inaceptable pensar en un final que lleve aparejado la destrucción total de la Tierra? Esto sucede porque vosotros mismos deseáis todavía vivir, porque no estáis preparados y no aceptáis mi Palabra, la cual os explica claramente la necesidad de una total modificación de la vieja Tierra y os lleva a una fe profunda, si es que me entregáis vuestra voluntad y os dirigís a Mí, aceptando que cada Palabra viene de los Cielos y vivís de acuerdo con ella.
Incluso los que debéis difundir mi Palabra, vosotros, permitís que la duda os aflija, y por eso no la predicáis con el suficiente convencimiento. Dejáis que os debilite el contrario. Pese a la buena voluntad de servirme, vuestra fe no es lo suficientemente fuerte. La vida, y sus propiedades, es demasiado importante para vosotros y, consecuentemente, no podéis ponerla acorde con el destino espiritual del hombre. El resultado es que no sois lo bastante diligentes para divulgar lo que Yo os hago saber sobre el tiempo venidero.
No tomáis mi Palabra suficientemente en serio y por ello Yo debo hablaros una y otra vez sobre lo mismo, debo advertiros urgentemente sobre el fin cercano, el cual experimentaréis estando todavía en la carne. ¿Eso no os basta? ¿Acaso sabéis cuanto viviréis? Pudiera ser que sólo viváis corto tiempo. Sólo Yo sé cual será el último día y guardo este secreto; pero os digo que no está muy lejano y que vosotros me sirváis hasta el fin. Así que veréis este día, debéis creerlo.
Sed buenos trabajadores míos y que una fe firme os haga hablar convincentemente. Necesito servidores en la Tierra que se acerquen a la gente y le digan cuan necesaria es mi actuación en la Tierra y en qué gran miseria espiritual se encontrará la humanidad si no se le otorga ayuda. Los que reciben mi Palabra ya están adelantados en el conocimiento, pero, aunque no la rechacen abiertamente ni se opongan a ella, todavía no la quieren creer.
Por lo tanto os hablo con la máxima urgencia, porque para que vuestras palabras tengan éxito ante vuestros semejantes, se necesita una fe profunda. Cuando vosotros mismos estéis convencidos que lo que habéis oído a través de la voz del Espíritu es la Verdad pura, entonces me representaréis adecuadamente en la Tierra y permitiréis que hable por vuestra boca. Esta será vuestra tarea en los tiempos venideros. Seréis mis portavoces, porque Yo no puedo revelarme a los hombres de otra manera. Es indispensable que ellos me escuchen aunque no siempre puedan reconocer mi voz.
La miseria de los últimos días pesará tanto sobre la humanidad, que sin mi ayuda y sin mi Palabra, todos caerán en la desesperación. Pero cuando Yo mismo les hable, serán fuertes y capaces de soportar la mayor tribulación. Mi Palabra les fortalecerá, así que debéis ayudarme para que la gente sea inspirada sin ser forzada. Yo mismo puedo estar y estaré siempre presente como mediador dondequiera que vosotros entabléis una conversación espiritual con la gente, y entonces será establecido el contacto con aquello que necesitan mi Palabra urgentemente.
El final vendrá pronto. Ya os lo he dicho una y otra vez. Debéis creer mi Palabra y acercaros al tiempo futuro con la plena seguridad que será como Yo os lo he anunciado desde hace largo tiempo, a través de la Palabra y la Escritura.
Amén.
Traducido por Meinhard Füssel