Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/4001
4001 Predicción. Pertrechos de guerra. La última fase
17 de marzo de 1947: Libro 49
Son Leyes más sublimes las que determinan los acontecimientos mundanos, aunque la voluntad humana participe en ellas. Es el Legislador mismo El que guía y reina, y que adapta los efectos de la voluntad humana a su Plan de Eternidad. Por eso, aparentemente, el hacha de guerra está enterrada. Pero el incendio aún no está sofocado, pues sigue ardiendo debajo de las cenizas para que en un momento dado prorrumpa como fuego poderoso con un efecto destructor.
Y se cumplirá lo que está anunciado por la Voz del Espíritu. Para los hombres empieza un nuevo período de la vida, y dichosos son aquellos que no valoran la vida terrenal en demasía... dichosos son aquellos que se han dado cuenta del mundo de apariencias y que no son esclavos de él... y dichosos son aquellos que saben del sentido y el objetivo de la vida terrenal - los que se han marcado una meta más sublime que simplemente la satisfacción de placeres y alegrías mundanas... Ellos van a desafiar la lucha por la Vida que el tiempo venidero provocará... Ellos serán y seguirán siendo vencedores.
La humanidad entrará en una nueva fase, se producirá una gran lucha para el individuo, tendrá que hacer cara a grandes apuros terrenales, y espiritualmente tendrá que sostener la mayor lucha - la última lucha por la fe, la que precede al final definitivo.
Y sucederá irrevocablemente como está anunciado, porque el tiempo ha expiado, pues el bajón espiritual exige poner freno... El “día del juicio13” acabará con todo desarrollo de lo espiritual en la Tierra, para que este pueda continuar en la Nueva Tierra. Ahora la humanidad está a punto de entrar en esta última fase, y a los que son iniciados en el saber espiritual, los grandes sucesos terrenales les darán a entender cuándo empieza.
Porque antes los sucesos terrenales deben tomar su marcha, el incendio debe estar inflamado de nuevo para que la desgracia llegue a su colmo y la Intervención divina esté justificada... para que Dios mismo amoneste a los combatientes y les arrebate las armas de las manos, y para que haga que les llegue una gran desgracia... para que las miradas de todos los seres humanos se dirijan a aquellos países donde Dios ha hablado con toda claridad.
Porque Él mismo se dará a conocer, y hablará un lenguaje comprensible para cada uno que lo quiera comprender... Él mismo también se manifestará a los fieles, y en el Espíritu estará con los hombres, surtirá efecto entre ellos, y a los que tienen una plena fe los llenará con fuerza. Porque estos necesitarán su presencia y su Ayuda, porque la escasez de tiempo también los afecta a ellos, dado que cuanto más cercano esté el final, tanto más aumentará la violencia de la lucha contra los fieles.
La última fase durará poco tiempo, pero gravará mucho sobre los hombres, pues sólo será aguantable con la Ayuda de Dios. Pero cada uno que vive en y con Dios, que le ama y que mantendrá sus Mandamientos, sostendrá la lucha porque nunca estará solo... siempre sentirá la presencia de Dios y podrá sacar fuerza de su Palabra, la que Él en su Amor comunica a los hombres, para que estos se mantengan fieles a Dios y aguanten hasta el final.
Amén.
Traducido por Meinhard Füssel