Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3944
3944 Estado de orden divino.... Bienaventuranza.... Amor.... Estado original....
26 de diciembre de 1946: Libro 49
Todos vosotros nacisteis para la felicidad, pero no para la condenación. Vuestra determinación es una actividad según el orden divino, y eso siempre significa bienaventuranza, por lo que el amor divino trata continuamente de poneros en el estado de orden, cuando vosotros mismos lo habéis abandonado en el libre albedrio. Vivir en el orden divino es la primera y última meta de todo aquello lo que fue creado por Dios capaz de vivir....
Pues entonces lo creado también es perfecto, como lo fue desde el principio. Es activo en el amor, porque sólo eso significa vivir según la voluntad de Dios. Si se ignora la ley del amor, la criatura también se queda fuera del orden divino, porque es la base de toda ley, porque sin amor no es concebible ninguna ley procedente de Dios. Así que el amor también es el epítome de la dicha, y la falta de amor significa condenación, tormento y muerte eterna.
Tan pronto como se establece el orden divino, la criatura también sabe de todo, está en el reconocimiento y, por lo tanto, en la luz.... comprende todo, reconoce todo, conoce la determinación de la más pequeña obra de creación, conoce la conexión de lo creado con su Creador, y este estado de conocimiento es dichoso, porque impulsa a una mayor actividad en el amor y un aumento constante de la fuerza, porque el obrar en amor genera fuerza y así la criatura está en plena fuerza y puede hacer lo que quiere.
Vivir en el orden divino es un estado de perfección, un estado de libertad y de la unión con Dios, es el estado de lo originalmente creado, al que inevitablemente hay que volver a alcanzar si alguna vez fue abandonado, porque algo imperfecto no puede permanecer en conexión con Dios, pero la conexión con él es una bendición. El hecho de que las criaturas se encuentran en un estado de imperfección, fue su libre albedrío, que Dios busca devolver al estado de perfección. Y entonces les muestra el camino hacia el orden divino, les enseña el camino al amor, y trata de transformar su voluntad para que entren en el orden divino por sí mismos.
Pero encuentra resistencia.... En su imperfección, las criaturas de Dios, los hombres en la tierra, no reconocen que están ignorando el orden divino; no saben de la relación de sí mismos con al Creador eterno, porque no viven en el amor, que es lo único que les traería la luz.... Y por eso son infelices en la tierra y así permanecerán también en el reino espiritual porque viven fuera del orden divino.
Pero algún día tendrán que incorporarse, porque incluso la criatura más desgraciada tiene que volver al Padre, a su partida, porque Dios no deja caer a la criatura más desgraciada, sino que la acompaña hasta que se haya levantado por sí misma, hasta que se haya integrado en el orden divino, hasta que se haya convertido en amor y ahora también llega a la bienaventuranza eterna a través de la unión con Dios.
Porque Su ley desde la Eternidad se basa en el amor y el amor no permite que nada se pierda, solo que el estado de la imperfección puede ser prolongado por la voluntad de la criatura misma, y por parte de Dios la criatura mantendrá la libertad de su voluntad.
Pero algún día la criatura más resistente también volverá a Él, andará el camino del amor, se incorporará en el orden divino y será y permanecerá bendecida por toda la eternidad....
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise