Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3927

3927 Atención de la oración en una fe firme. “Padre, hágase tu Voluntad”

2 de diciembre de 1946: Libro 49

Podéis conseguir todo de Mí si tan sólo tenéis una fe firme e inquebrantable en Mí. Si tenéis presente mi Amor hiperdimensional para vosotros, también sabéis que Yo dejo ninguna oración sin atenderla. Una fe firme en Mí incluye también una plena confianza en Mí, pues comprende también la certitud que Yo en mi Sabiduría reconozco todo que es una bendición para vosotros, y que no permito que os alcance un mal consintiéndoos algo que no resulte en vuestro bien. Por eso un hombre de profunda fe se entregará incondicionalmente a Mí... lo dejará a mi Criterio cómo le voy a agraciar pues no exigirá sino, con humildad, me presentará sus ruegos... siempre antepondrá mi Voluntad y se encomendará a mi Amor y Gracia.

Y Yo le atenderé en toda plenitud. Nunca permitiré que tenga que vivir en la indigencia, corporalmente como espiritualmente, porque nunca ignoro la oración de un “niño” Mío. Pero cuando os niego el cumplimiento de un ruego, ¡incluso entonces no dudéis en mi Amor, porque es precisamente mi Amor el que quiere protegeros de una desgracia!

Vosotros mismos no siempre podéis reconocer el efecto que surte el cumplimiento de un ruego. Por eso, lleno de confianza, presentadme vuestro deseo, y todo lo demás dejadlo en mis Manos; y mi Amor se hará cargo de vosotros de manera que vuestro camino a Mí esté allanado, para que con certeza alcancéis vuestro objetivo... para que como “niños” Míos regreséis a la Casa del Padre... para llevar una Vida eterna bienaventurada.

Pero aprovechad siempre de la Fuerza de la oración, invocadme en todas condiciones de vida... si estáis agobiados, ¡venid a Mí!, pero también en horas de descanso y paz, ¡acordaos de Mí! No os olvidéis de Mí, para que tampoco Yo me olvide de vosotros... poneos frecuentemente en contacto conmigo mediante la oración íntima, y reclamad de esta manera que acude a vuestra cercanía. Entonces se derramará sobre vosotros una fuerza enorme, si me buscáis en libre voluntad... si vuestros pensamientos están dirigidos a Mí y vuestro corazón me anhela.

Pero vosotros mismos debéis ser los que encuentran el camino a Mí y que por eso pasan por el Puente que Yo, para vosotros, he tendido desde la Tierra hacia Mí... Debéis rezar, porque en la oración vuestra alma se eleva a las esferas de la Luz... en la oración camináis por el puente a Mí... y en la oración el “niño” se presenta al Padre... él niño mismo establece la relación de un niño a su padre, tal como es mi Voluntad. Y si me llaman como Padre... si un corazón “infantil” viene a mi encuentro, Yo atiendo cada súplica porque Yo no decepciono a mis “niños” que, llenos de confianza, se acercan a Mí.

Y se les transmite mi Amor... pues mi Amor da donativos inconmensurables... mi Amor considera al niño espiritualmente y terrenalmente, y realmente nunca ya tendrá que sufrir desgracias si pide realmente “infantilmente”, es decir, si me envía su oración verdaderamente en el espíritu y en la Verdad. Aprovechad de toda la Gracia de la oración porque en una fe profunda y viva en Mí y mi Amor podéis conseguir todo.

Pero si Yo aparentemente no hago caso a vuestra oración, no os quejéis ni gruñáis, porque entonces es que mi Amor paternal sólo ve un perjuicio en la concesión de vuestro ruego - y sólo para evitar esto os la niega. Pero aquel que siempre somete su voluntad a la Mía, él nunca quedará desilusionado porque su oración es la correcta, y me agrada si a todos sus ruegos añade: “Padre, ¡hágase tu Voluntad!”.

Amén.

Traducido por Ion Chincea