Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3916

3916 Sueño de la muerte.... Levantándose de las tumbas en el día final....

27 de octubre de 1946: Libro 49

Los muertos sólo descansan según el cuerpo, es decir, el cuerpo es relevado de toda actividad terrenal, y la materia terrenal cumple con el propósito que le asignó el Creador incluso durante su proceso de desintegración al conceder aún la residencia en esta a innumerables seres vivos hasta que se disipa completamente de nuevo como sustancia espiritual. El alma humana, sin embargo, ya no participa del estado de reposo del cuerpo; puede, en efecto, habitar en el más allá sin actividad, pero este estado no es un estado de reposo, sino un estado de impotente conciencia de su existencia, un estado de máxima debilidad e impotencia que es agonizante porque es sentido conscientemente por el alma. Por eso, no es posible hablar de un estado de reposo para los muertos y menos aún para las almas que han alcanzado un grado de perfección tal que pueden entrar en las esferas de luz. Porque estas almas están constantemente activas y son dichosas en su actividad. Y por lo tanto es erróneo hablar del sueño de los muertos hasta su despertar en el día final..... En ese día ciertamente tendrá lugar una resurrección de los muertos.... Los espiritualmente muertos de la tierra despertarán de su sueño cuando reconozcan a Dios en su grandeza y poder y cuando tengan que responder ante su justicia. Pero este despertar será terrible. Y así, también, muchos que descansan en las tumbas, física y espiritualmente, que ya habitan en las esferas del más allá, serán llamados a rendir cuentas porque prefieren el descanso de la muerte a la actividad vivificante..... En el día del juicio esas almas también serán condenadas a un nuevo destierro en la materia, para que ahora puedan saborear el estado de reposo que les parecía deseable y del que, sin embargo, podían haber escapado. Porque si un alma retrocede en el más allá se esforzará hacia la materia misma y su voluntad se cumplirá.... por lo que el levantamiento de las tumbas en el último día ha de ser entendido.... El cuerpo de carne ha encontrado ciertamente su descanso en la medida en que ya no necesita servir al alma, pero sus sustancias espirituales también deben seguir cumpliendo su finalidad según el destino divino. Pero hay que compadecer a las almas si no pueden entrar en el estado de vida después de la muerte del cuerpo, y la resurrección en el último día a la vida eterna o a la condenación eterna sólo debe entenderse de tal manera que la realización, el despertar del sueño espiritual mas profundo, les vendrá de repente a los que viven en la tierra, pero los malos para el juicio; porque las personas buenas que se vuelven hacia Dios y cumplen la voluntad de Dios conocen el estado de vida después de la muerte corporal y no temen ésta, y también entran en la vida eterna. Pero también muchas almas que hace tiempo partieron de la tierra tendrán que seguir el curso renovado del desarrollo en la nueva tierra a través de sus creaciones: aquellas que tuvieron tiempo en abundancia en el reino espiritual para cambiar su voluntad y volverse activas, pero que permanecieron en su estado impotente y prefirieron la tranquilidad de la muerte y, por lo tanto, se volvieron cada vez más impotentes, de modo que lo espiritual mismo se endureció y está maduro para el destierro renovado en las creaciones terrestres. (Nota del traductor: volverse activas en amor y acciones de amor, según voluntad divina. Fin de la nota). Estos se levantan de sus tumbas, por así decirlo, ya que se les vuelve a ofrecer una nueva oportunidad de salir a la luz del día, aunque sea después de un periodo de tiempo inconcebiblemente largo. Todo lo que esté muerto en espíritu despertará en el día final, pero no para vivir, sino para ser juzgado.... Bienaventurados los que no descansan en este sueño de la muerte, bienaventurados los que están constantemente activos (\*) en la tierra o en el reino espiritual y cuya actividad no consiste en el trabajo terrenal sino que sirve a su desarrollo espiritual.... Bienaventurados los que viven en el espíritu, que no se entregan al sueño perezoso, que no buscan el descanso, porque vivirán en la dicha y no tendrán que temer el día de la resurrección....

Amén

Traducido por J. Gründinger