Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3813
3813 El destino corresponde a la voluntad...
27 de junio de 1946: Libro 48
Que vosotros os encontráis en una necesidad y tribulación del cuerpo y del alma no está oculto a Mi conocimiento, como también vuestra dirección de espíritu, la voluntad de vuestro corazón para el bien o para el mal. Y esta determina vuestro curso de la vida, determina los acontecimientos que os acercan fatídicamente, también determina el efecto de las acciones llevadas a cabo con mala voluntad frente a los semejantes, así como Mi intervención según Mi voluntad. Porque trato de remediar la angustia del alma, trato de traerle la salvación porque conozco las consecuencias de la angustia espiritual en la eternidad, acerca del estado sin luz, que trae al alma tormentos mucho mayores que la mayor angustia terrenal.
Si la voluntad de la persona es buena, entonces el alma necesita medios de educación menos estrictos, y su curso de vida no presentará pruebas tan grandes si se le concede cierto tiempo para madurar. Pero al final de esta época de Redención, muchas almas tendrán que pasar una corta prueba de vida, y comprensiblemente esto será más difícil debido a su brevedad, para que el alma alcance su objetivo, la madurez del alma. Esta es la consecuencia de su larga oposición a Mí, que no le permitió encarnarse antes en la tierra; y dado que el final de este periodo de Redención está fijado de acuerdo con Mi plan de eternidad, el tiempo que las personas pueden encarnar será cada vez más corto y, en consecuencia, más difícil.
Pero el objetivo final es el mismo y puede ser alcanzado por cada alma en la búsqueda ferviente de la perfección. Pero también estas almas encarnadas en las últimas personas de esta tierra llevan en ellas diferentes voluntades, en parte dirigidas hacia Mí y en parte apartadas de Mí, y esta diferencia de voluntad también determina los diferentes destinos de la vida y el efecto de las acciones que la voluntad da a luz. La gente tendrá que soportar los sufrimientos más pesados y amenazar con sucumbir a causa de ello y, sin embargo, puede vivir entre ella, personas llenas de fuerza y para quienes el sufrimiento no parece insoportable... Porque Yo Mismo determino la severidad del sufrimiento y la dureza de la necesidad según la voluntad de las personas, a quienes conozco y busco a cambiar solo por esta necesidad.
Y debido a que la voluntad de la humanidad se aleja cada vez más de Mí en los últimos tiempos, la tribulación también debe aumentar si se quiere lograr todavía un éxito para las almas. Pero no considero a nadie injustamente, porque conozco la actitud de cada uno y la tomo en cuenta. Y por eso considero a los Míos en los últimos tiempos con dones de gracia especialmente ricos, con una fuerza extraordinaria y un gran amor, porque sé lo difícil es para ellos la última prueba de la vida en la tierra, que deben pasar para poder estar cerca de Mí...
Conozco la voluntad de todo ser humano y lo bendigo en cuanto es buena. Dirijo al hombre todos los favores imaginables y le ayudo hasta el final, para luego traerlo a Mí en Mi reino... y acorto los días de angustia, por el bien de los que son Míos, termino el tiempo de tribulación con el día de Mi venida en las nubes, para que se cumpla Mi Palabra, que promete bienaventuranza para los que aguantan hasta el fin...
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise