Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3791
3791 Rapto... Cuatro vientos... Evangelio...
5 de junio de 1946: Libro 48
De los cuatro vientos, de todos los reinos de la tierra, levantaré a los Míos al final de los días... Porque dondequiera que viva la gente, están representados los Míos, que Me aman con todo su corazón y también a sus prójimos y de este amor también reconocen al verdadero Dios, el Padre desde la eternidad, que es amor, sabiduría y fuerza en Sí Mismo. Y en todas partes donde vive la gente, los que son Míos saben que ha llegado el tiempo del fin, porque se ha despertado el espíritu de aquel que vive en el amor, y así es instruido por Mí a través del espíritu sobre lo que está por venir.
Mi Palabra se puede escuchar en todos los puntos cardinales, y se ofrece a las personas desde el reino de la luz, y lo toman según su capacidad... la escuchan como una palabra hablada en el corazón, la toman en sus mentes, la escuchan a través de la mediación de Mis siervos en la tierra, que son de espíritu despierto. Y siempre la reconocerán como verdad porque así la desean y por su estilo de vida, que corresponde a Mi mandamiento de amor, se hacen dignos de ser instruidos por Mí.
Y así se proclama el Evangelio en todo el mundo como lo prometí, porque Yo Mismo Me cuido de los Míos, Yo Mismo les doy las cosas más necesarias y deliciosas que se les pueden ofrecer en la tierra. Pero todos estos no se librarán de la lucha religiosa antes del final, aunque también se llevará a cabo de diferentes maneras... tendrán que confesarme frente a aquellos que no tienen fe. No se les permite ocultar su vida amorosa si esto se les exige. Se enfrentarán a tribulaciones por el bien de su fe antes de que llegue el fin.
Y todos los despiertos podrán trabajar en su círculo, porque en todas partes los incrédulos se enfrentarán a los Míos, y a traerlos hacia ellos debería ser el esfuerzo de todos los que han recibido la verdad, que se han hecho Míos por amor... Y cuando las dificultades y las necesidades parecen insoportables, Yo Mismo vengo y llevo los Míos a Mí en Mi reino... Yo los raptaré con el cuerpo vivo de esta tierra, que está en necesidad de una transformación total y los llevo de nuevo a la tierra nueva, en cuanto se haya realizado la obra de transformación.
Y gente de todas las naciones alabará Mi poder y Mi gloria, porque dondequiera que viva la gente, extenderé Mi mano para salvar a los que están en peligro y darles la recompensa por su firmeza en la fe y por su lealtad hacia Mí... Y entonces la tierra será destruida en su forma exterior ante los ojos de todos los que se Me oponen. Y surgirá una nueva tierra, como se anuncia en Palabra y Escritura...
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise