Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3777
3777 El valor de la Palabra divina...
21 de mayo de 1946: Libro 48
Lo que el Señor Mismo os anuncia es verdaderamente digno de la mayor atención, porque de Su boca santificada no sale ni una Palabra que sea inútil o ignorada. Y Sus advertencias y amonestaciones en el último tiempo son de especial urgencia, porque se supone que deben salvar todavía vuestras almas de la perdición, que es segura para vosotros sin Su Palabra, porque no practicáis el amor. Y así Él Mismo se acerca una y otra vez a vosotros e imaginaos el gran peligro en el que estáis flotando, y quien presta atención a Su Palabra, él mismo evita el peligro; pero quien cierra su corazón y su oído a Su Palabra santificada, no hay salvación para él en los tiempos eternos, se está acercando a la perdición segura.
Porque está cerca el juicio final, es decir, el día en que lo espiritual es puesto en libertad o renovado destierro según su madurez, donde es juzgado según sus obras, que ha realizado u omitido por libre albedrío. Y este día es de una importancia tan decisiva para todo lo espiritual que Dios le crea de antemano todas las posibilidades de alcanzar un alto nivel de madurez para poder escapar del renovado destierro en la materia sólida. Y es por eso que Él busca despertar el sentimiento de responsabilidad en las personas, señalándoles a través de Su Palabra las consecuencias de una voluntad mal usada y mostrándoles el camino correcto para alcanzar el objetivo.
Es Su Palabra la prueba de Su amor por los inconversos, porque a través de Su Palabra quiere ayudarlos a la libertad, y por eso es un bien precioso, que no debe quedar sin uso, que es extremadamente energizante y ayuda al mayor éxito espiritual, si es recibido de Él con fe. Quien respeta lo que Dios le habla no tendrá que temer ir por el camino equivocado, porque la Palabra de Dios es la señal correcta, es un dador de fuerza, es la conexión directa de Dios hacia las personas que siempre es bendecida para quien desea Su Palabra. Porque este también está en estrecha asociación con la Palabra eterna en sí, con Aquel, Que es el propósito y la meta de su caminata por la tierra...
El juicio final dividirá los espiritus; todo lo que se esfuerza hacia Dios captará Su amor y ponerlo en un estado de máxima dicha, mientras que todo lo que se aparta de Él caerá bajo Su ira, es decir, en la mayor distancia de Dios, en la impotencia más extrema permanecer nuevamente tiempos infinitos y andar por innumerables creaciones hasta que se le permitirá usar su libre albedrío nuevamente, hasta que se le permita escuchar nuevamente Su Santa Palabra y se le ponga ante la última prueba de voluntad. Su Palabra aclara a la gente sobre el significado y propósito de su vida terrenal, y bien aquel que presta atención a Su Palabra, quien la escucha y la da vida a través de actos de amor... porque la Palabra Misma se acercará y permanecerá con él hasta toda la eternidad...
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise