Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3769
3769 Actividad de los seres de luz en el mandato divino...
13 de mayo de 1946: Libro 48
Estar en la luz significa llamar propio al verdadero conocimiento, poseer una riqueza de pensamientos que es de origen divino, que tiene a Dios Mismo como salida, Quien es la luz eterna, la verdad eterna Misma... Lo espiritual luminoso por lo tanto, se encuentra en íntimo contacto con Dios, recibe continuamente Su irradiación y, por lo tanto, se encuentra en la etapa del reconocimiento más brillante. Y este es un estado sumamente bendecido, porque poseer la sabiduría de Dios, para saber de Su voluntad, Su gobernar y obrar, Su plan desde la eternidad, es un estado de libertad, un estado que estimula el desarrollo extremo de la fuerza y determina toda actividad espiritual, que es realizada por los seres de luz.
Y la actividad es la vida... una vida en la mayor abundancia de luz, por lo tanto, es la suerte de los seres que se han conectado íntimamente con Dios a través del amor... Y si la luz, la pura verdad de Dios, ya es accesible para las personas en la tierra, el hombre ya puede vivir bienaventurado en la tierra, quien se apropia de esta verdad a través de un estilo de vida que agrada a Dios, porque también para él se ha terminado el estado oscuro de espíritu, que es la parte del hombre alejada de Dios, que vive al día sin amor y, por lo tanto, sin conexión con Dios.
El hombre terrenal todavía no puede apreciar plenamente la bendición de la luz, y la respeta menos cuanto más vive él mismo en la oscuridad. Se siente cómodo en la oscuridad hasta que un rayo de luz le toca. Y esto solo puede suceder a través de la actividad del amor, de lo contrario el hombre no es capaz de recibir la radiación de luz del reino espiritual, que sale directamente de Dios, sino que es suministrada a las personas que necesitan luz en Su nombre, por los seres de luz que no escapan de la luz.
La verdad de Dios es algo muy delicioso, pero permanece velada hasta que un corazón se forma a través de la obra de amor de tal manera que pueda reconocer la verdad, solo entonces la verdad es estimulante, y solo entonces los rayos de luz tienen su efecto, es decir, ellos iluminan el pensamiento de la personas, hacen que las personas sean libres y conscientes de su tarea y de su propósito. El brillo siempre será estimulante, y es por eso que el esfuerzo constante de los seres de luz consiste en difundir la luz, es decir, transmitir la verdad a todos aquellos que aún andan en las tinieblas del espíritu.
Pero la verdad no se puede distribuir sin la correspondiente voluntad de recibirla, y depende de cada uno cómo se comporta con los portadores de la verdad del mundo espiritual. Depende de cada ser humano hacerse receptivo a la luz a través de actividad amorosa, porque ningún ser humano puede ser guiado obligatoriamente a la luz, es decir, a la verdad de Dios, pero que se le concede toda ayuda imaginable para que la posea, si es de buena voluntad...
Amén
Traducido por Hans-Dieter Heise