Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3724
3724 Fuerza de voluntad.... Fuerza y poder....
24 de marzo de 1946: Libro 47
Yo soy el Señor del Cielo y de la Tierra, y todo tiene que someterse a Mi voluntad. Lo que se Me opone se niega a sí mismo de la fuerza, es decir, se niega a aceptar Mi fuerza y por tanto es imperfecto. Pero lo que voluntariamente se somete a Mi voluntad se nutre de Mi fuerza sin medida y puede obrar como Yo en perfección. Por lo tanto, Mi voluntad y su cumplimiento son decisivos en qué plenitud de fuerza se encuentra el ser espiritual, por lo que el ser humano en la Tierra será sumamente poderoso y fuerte y podrá usar su fuerza para lograr cosas extraordinarias si se ajusta completamente a Mi voluntad, que se subordina su voluntad completamente a la Mía.
Entonces cada pensamiento y acción están en conformidad con Mi voluntad desde la eternidad, entonces ni el desorden ni la falta de fuerza pueden ser su parte en la Tierra, sino que él está en medio de Mi irradiación de poder y puede obrar ilimitadamente en todas direcciones, pero sólo en la medida como corresponde a Mi voluntad. Mi fuerza no está disponible para él para las obras de nivel inferior, porque abandona inmediatamente al ser humano si se mueve fuera de Mi voluntad.
Sin embargo, una vez que el ser humano haya entrado en Mi orden eterno, una vez que haya hecho suya Mi voluntad, entonces ya no es posible volver a caer en la voluntad equivocada, porque la fuerza que una vez fluyó a través de él lo separa del poder que obra en contra de Mí voluntad y que busca de atraer todo lo espiritual hacia sí mismo. Entonces ya no es posible usar la fuerza para actuar en contra de Mi voluntad, porque Mi poder lo retiene y él está inseparablemente conectado Conmigo; ha logrado su objetivo en la Tierra y también para la eternidad.
El Cielo y la Tierra están sujetos a Mi voluntad.... Y nada puede cambiarse en contra de Mi voluntad.... Pero doy a la voluntad humana plena libertad durante sus estancia en la Tierra, no la obligo a subordinarse bajo la Mía; pero una vez que haya entrado en Mi orden eterno, esto sucedió con total libre albedrío, sin influencia y sin coerción alguna. Y es por eso que agarro lleno de amor a este ser espiritual que se ha subordinado a Mí y no le permito volver a hundirse en las cadenas de falta de libertad, en el estado de desorden, incluso si Mi oponente está constantemente activo para reconquistar para sí mismo, lo que ya ha regresado a Mí.
No puede forzar la voluntad del ser humano, y cualquier otra influencia falla debido a la fuerza que el ser humano ahora considera suya, porque ahora obra en unión Conmigo y el oponente no puede ponerme fuera de servicio a Mí Mismo. Pero el ser humano no prueba lo suficientemente la fuerza de su voluntad.... Podría lograr cosas inauditas, pero su fe no es lo suficientemente fuerte como para permitir que su voluntad se active, y la debilidad de la fe no permite que la fuerza que reside en el ser humano tenga un efecto.... Él dispone de fuerza de Mí a través de su voluntad subordinada a Mí y usa esta fuerza muy poco. Él mismo no sabe ni cree lo poderoso que puede ser en unión Conmigo.
Porque todavía está tan adaptado terrenalmente que su pensamiento se adapta a las leyes naturales terrenas, que sólo permite realizar lo que le parece naturalmente posible.... no excede los límites que están fijados al ser humano imperfecto, precisamente a través de su imperfección, que puede pasar desapercibida, porque al subordinar su voluntad, a través del influjo de poder de Mí, se ha colocado en un estado de perfección, que le permite obrar fuera del marco de lo natural, pero sigue siendo natural porque es sólo la consecuencia de un cierto grado de madurez del alma, que el ser humano puede alcanzar en la Tierra. a través de la falta de fe se pone límites que Dios no le ha puesto....
Así, un ser humano puede estar en plena fuerza y, sin embargo, apenas la usa, porque el pensamiento humano y terrenal lo frena cuando él sólo debería dejar hablar su espíritu. Porque este le enseñará y tratará de fortalecer una fe profunda en él, gracias a la cual ahora podrá hacer todo lo que quiera, utilizando Mi poder. Entonces también obrará para la bendición de los demás seres humanos, sólo entonces el poder de la fe se hará evidente, porque entonces los humanos también reconocerán la fuente del poder (el poder de la fuente) de la que el creyente bebe, y ellos mismos desearán beber....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise