Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3704

3704 Renacimiento del espíritu....

5 de marzo de 1946: Libro 47

El renacimiento espiritual es el objetivo del ser humano en la Tierra; de lo contrario, el alma también queda sin vida cuando el cuerpo muere, pero no puede perecer por completo porque es inmortal. El renacimiento espiritual significa vida para el alma, pero la vida para el alma sin el primero es imposible. Sin embargo, el ser humano renace espiritualmente cuando busca el contacto con el reino espiritual desde su impulso más interior. Entonces la vida física ya no es suficiente para el alma humana, ésta tampoco encuentra la satisfacción de sus deseos en el mundo terrenal, sino que lucha por alcanzar el reino al que realmente pertenece y, dependiendo de la seriedad de su voluntad, el ser humano renacerá en un periodo de tiempo más corto o más largo.

Para el renacimiento espiritual es absolutamente necesario obrar en amor, porque esto despierta el espíritu en los humanos. A través de la obra del amor, la chispa espiritual que duerme en el alma se conecta con el Espíritu Padre desde la eternidad, y se vuelve activa, y la actividad es vida. Si el ser humano le da a la chispa espiritual dentro de sí la oportunidad de volverse activa a través de obras de amor, entonces ya ha renacido en espíritu, y ya no puede volver a hundirse en el estado de muerte, porque el espíritu, una vez despierto, nunca lo deja fuera, actúa constantemente contra el caparazón que lo rodea, es decir, influye el alma y, a través de ello también el cuerpo humano y lo impulsa a obrar en amor y a través de esto al desarrollo superior del alma.

El renacimiento espiritual no puede lograrse intelectualmente, ni la voluntad, ni las palabras pueden lograrlo, sino que sólo una voluntad puesta en acción lo logra, y tales acciones deben ser obras de caridad desinteresada. Sólo a través del amor el espíritu en el hombre cobra vida, sólo a través del amor entra en acción y, por tanto, sólo a través del amor el alma puede alcanzar la vida eterna, que es el resultado del renacimiento del espíritu.

Pero quien tiene amor, también vive en constante conexión con el Amor Eterno y por eso el Espíritu Padre desde la eternidad también fluirá constantemente en la chispa espiritual en el ser humano.... el Amor Eterno traerás hacia Sí, lo que se esfuerza para transformarse al amor.... Y entonces ya no hay eternamente más muerte para el alma.... Entonces sólo hay vida, es decir, actividad continua en poder y luz; entonces se suelta el grillete de la muerte, entonces la muerte es superada....

Y así quien ha renacido en espíritu nunca temerá la muerte física, porque su alma sabe de la transitoriedad de todo terrenal así como de la imperecebilidad de lo que pertenece al reino espiritual, no teme el desvanecimiento terrenal porque la vida eterna está segura para ella. Ella no sólo cree en la vida del alma después de la muerte del cuerpo, sino que ha llegado a la firme certeza que el espíritu despertado a la vida instruye a ella, porque le imparte un conocimiento que le da la más profunda convicción....

Su fe, por tanto, se ha vuelto inquebrantable, porque lleva la prueba en ella.... el espíritu que ha despertado en ella, que es parte del Espíritu Padre Eterno. Si un ser humano renace en el espíritu, entonces ya no hay ninguna duda para él en relación espiritual, porque la obra del espíritu en él también es la fuerza de cognición que se aumenta, el reconocimiento de la Deidad Eterna y el conocimiento de Su gobierno y trabajo y también el conocimiento del plan de Salvación eterno de Dios....

El conocimiento que se le imparte, no sólo es fe, porque la sabiduría de lo que se le presenta es tan clara ante los ojos del espiritualmente renacido que ya no necesita ninguna prueba, sino que está plenamente convencido de la verdad de eso que ahora puede llamarlo su propio pensamiento, porque ha sido absorbido por su corazón y su mente. Por lo tanto, el ser humano espiritualmente renacido ya no necesita buscar, sino que ha encontrado lo que buscaba a través del amor. Y así el amor es la clave de la sabiduría, y la sabiduría es el conocimiento que corresponde a la verdad, que viene del reino espiritual y conduce al reino espiritual....

Sólo puede renacer en el espíritu aquel ser humano cuya alma ignora el cuerpo y se esfuerza sólo por despertar el espíritu a la vida, quien por lo tanto, aunque sea inconsciente del éxito, se despoja de todo lo que parece deseable al cuerpo y, desde su impulso más íntimo, lo transmite a quienes que están necesitados y necesitan ayuda, espiritual o terrenal. La distribución de bienes terrenales en amor desinteresado le trae bienes espirituales, pero la distribución de los bienes espirituales le trae un crecimiento desmedido desde dentro de sí mismo, porque ahora el Espíritu de Dios puede obrar en el ser humano ilimitado. Él le da la verdad, que significa vida eterna.... Pero la vida es actividad continua....

El renacido espiritualmente ya no puede permanecer inactivo, sino que ahora trabaja diligentemente por el reino de Dios.... participa en la obra de Redención de Jesucristo por las almas descarriadas en la Tierra, porque el espíritu en el ser humano no descansa, siempre está obrando constantemente como su Espíritu Padre desde la eternidad.... Y así el renacimiento del espíritu siempre tendrá como resultado que el ser humano se sienta impulsado a trabajar por el reino espiritual, que sólo preste atención a la vida terrenal en la más mínima medida, dirigiendo constantemente su atención hacia la vida espiritual en el reconocimiento de su importancia y en el deseo de ayudar donde falta conocimiento.

Porque el renacido espiritualmente sabe acerca de la falta de luz en la Tierra, de la falta de fuerza de los seres humanos que prestan demasiada importancia a la vida terrenal; Él sabe de la difícil situación de las almas, de su muerte espiritual ya en la Tierra y un día en la eternidad, donde les resulta aún más difícil tomar conciencia de su estado de falta de fuerza, donde significa un estado tortuoso para ellas y el alma ya no puede ser ayudada, si se defiende de cualquier instrucción como lo hizo en la Tierra. El espiritualmente renacido es consciente de su misión y la lleva a cabo con amor y celo. Él irradia luz, y bienaventurado el que no se molesta con esta luz.... bienaventurado el que está atento a la vida de aquel que quiere traerle luz, que también trata de despertarle a la vida....

Cada uno reconocerá el renacimiento del espíritu tan pronto como su mirada se dirija sólo espiritualmente, porque la verdadera sabiduría es reconocida como tal por cualquiera que esté dispuesto, también comienza a obrar la fuerza del espíritu. Despertad el espíritu que hay en vosotros, y habréis logrado el objetivo en la Tierra que os fue fijado desde el principio, entraréis al reino espiritual rico en fuerza y cognición, en cuanto el alma se separa del cuerpo, y sólo dejaréis atrás esa materia inmadura que aún no se ha espiritualizado en la Tierra....

Pero vosotros mismos entráis desencadenados en el reino de los espíritus bienaventurados, y ya nada os impide obrar y crear en actividad activa, porque el amor dentro de vosotros os impulsa a hacerlo y desencadena un estado de bienaventuranza dentro de vosotros que no podéis estimar en la Tierra. Porque podéis fusionaros con el Espíritu Padre desde la eternidad, Que atrae hacia Sí a Sus hijos con amor ardiente para hacerlos felices para siempre....

amén

Traducido por Hans-Dieter Heise