Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3587
3587 No sólo oyente, sino también hacedor de la Palabra....
27 de octubre de 1945: Libro 46
Quienes se esfuerzan espiritualmente tienen que luchar por un estilo de vida que corresponda a la voluntad de Dios, porque sólo éste trae éxito y garantiza el accenso espiritual de los seres humanos. Quien sólo intenta alcanzar el objetivo intelectualmente y no deja que sus pensamientos se conviertan en acción sigue estacando en su desarrollo. Porque sólo el hecho aprueba su voluntad hacia lo más alto, hacia Dios. Y es por eso que sólo el ser humano que vive según la voluntad de Dios puede madurar en la cognición.... que no sólo es oyente sino también hacedor de Su Palabra que le da a conocer la voluntad divina. Su conocimiento sólo puede aumentar y convertirse en conocimiento real cuando utiliza el conocimiento que ya ha recibido, es decir, sigue la Palabra divina y actúa amorosamente con su prójimo, ya sea espiritual o terrenal.... cuando trata de aliviar la necesidad de su prójimo para corresponder a la voluntad divina.
Sólo puede llegar a Dios a través del amor, que le demuestra a Dios mediante actos de amor hacia el prójimo. Sólo este camino le lleva al objetivo. El corazón debe impulsarlo a realizar lo que sólo se le comunica intelectualmente mediante la presentación de la Palabra divina. Si un ser humano no actúa, puede absorber constantemente conocimiento intelectualmente; pero esto no promueve su desarrollo espiritual, sino que sigue siendo propiedad intelectual muerta porque no se utiliza de forma adecuada.
Y por eso vivir según la voluntad de Dios es la primera condición para poder madurar espiritualmente, porque así se aumenta el conocimiento, aunque el ser humano no intenta penetrar en ello intelectualmente. Porque al actuar en amor, el corazón humano se abre al influjo del poder del amor de Dios, y esto promueve su conocimiento.... en el sentido de que sus pensamientos son guiados correctamente y, por lo tanto, por sí mismo toma posesión de la verdad tal como le es dada también sin reflexionar o investigar cosas que están más allá del conocimiento humano.
Un estilo de vida que sea justo y agradable a Dios también le da el poder del conocimiento para distinguir la verdad del error y, por lo tanto, un ser humano amoroso nunca caminará en el error porque está en conexión con Dios a través del amor y Dios nunca estará donde hay error, por lo que la presencia de Dios excluye cualquier error o desconocimiento. El sentimiento del ser humano siempre estará dirigida hacia la verdad, incluso si el entendimiento no está excepcionalmente activo, porque el conocimiento correcto es el resultado del amor y que no puede lograrse mediante el entendimiento humano.
Sin embargo, si una persona amorosa también utiliza su entendimiento, entonces puede lograr abundantes éxitos al penetrar en el conocimiento más profundo, en la sabiduría divina, pero con el propósito de transmitirla a sus semejantes, porque los dones divinos deben ser utilizados. Y nuevamente este don será reconocido y comprendido por los humanos que viven en el amor, es decir, cumplen los mandamientos de Dios, Su voluntad dada a conocer a los seres humanos que reciben la Palabra de Dios y la dejan obrar en sus corazones.... que no sólo son oidores, sino hacedores de la Palabra divina....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise