Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3459
3459 Unificación con Dios.... Estado original....
8 de marzo de 1945: Libro 45
Una felicidad indescriptible es la unificación con Dios, porque el ser que se ha vuelto perfecto se une nuevamente a la perfección suprema, y la perfección es el epítome de la bienaventuranza porque el ser perfecto es amor puro y el amor sólo puede ser bienaventuranza en el dar como en el recibir. Estar unido al Amor divino es la dicha más elevada, porque el ser ahora está inundado de poder y luz y puede crear y formar con toda sabiduría según su voluntad, que es también la voluntad de Dios.
El ser que puede estar constantemente activo en su plenitud de poder también tiene que ser sumamente feliz, ya que la actividad del ser espiritual originalmente creado era la determinación que podía llevar a cabo sin limitación para su felicidad. Puede que haya perdido esta felicidad por su propia culpa, pero su esfuerzo sigue siendo el estado de la actividad irrestricta, es decir, mientras se le impide hacerlo, no se siente feliz y libre.... Y por eso Dios ayuda a todo ser a lograr nuevamente el estado original, aunque la voluntad del ser resista por mucho tiempo. Pero el estado original siempre significa unificación con Dios.... porque el poder y la luz sólo pueden fluir al ser en toda su plenitud cuando está íntimamente unido con Dios.
Entonces toda debilidad desaparece del ser, nada le resulta oscuro, es decir, no le falta sabiduría, se encuentra en la luz más elevada, en la cognición más plena, que siempre es un estado de felicidad para el ser. Y ahora quiere distribuir todo lo que posee porque él mismo se ha convertido en amor y este amor le impulsa constantemente a hacer felices a otros seres que aún no han alcanzado el mismo grado de madurez. Dar constantemente también le trae consigo recibir constantemente, y ambos significan dicha para el ser. Ahora ya no podrá alejarse jamás de Dios, ha reconocido a Dios como el punto de partida, ha sentido Su poder y lo ha percibido como bienaventuranza, y el oponente de Dios nunca podrá recuperar la esencia que reconoció a Dios como su Padre y así encontró su camino de regreso a Él.
Pero Dios cuida a Sus hijos con excesivo amor, les permite estar constantemente activos, es decir, vivificar creaciones a su discreción y apoyar a la esencia que aún es inmadura y no reconoce su Padre en Dios. El cuidado por lo espiritual inmaduro hace a lo espiritual perfecto indeciblemente feliz, porque ahora puede expresar su amor una vez más y dejar que el poder que fluye constantemente hacia él se haga efectivo. Y es una obra constante de amor en el ámbito espiritual, que también se puede sentir en la Tierra. Porque lo perfecto no descansa hasta que lo imperfecto se esfuerza también hacia su objetivo de unificarse con Dios y así regresar a Aquel de Quien surgió, para volverse inexpresablemente feliz por toda la eternidad....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise