3455 Responsabilidad por el propio pensamiento.... Verdad....

3 de marzo de 1945: Libro 45

Hay innumerables seres humanos en la Tierra que están fuera de la verdad, algunos sin culpa alguna, otro por su propia culpa. A muchos humanos se les ofreció el error y lo aceptaron como verdad sin adoptar una postura mental sobre lo que el ser humano está obligado a hacer por parte de Dios, porque Dios le dio el entendimiento y así puede pensar y decidir a favor o en contra de lo que quiere decidir lo que se le ofrece. Pero muchos humanos actúan de buena fe que están exentas de esta prueba, y por eso Dios viene a su encuentra y les ofrece la verdad pura, para que sospechen y sopesen seriamente lo que recibieron primero con lo que se les ofrece nuevamente.

Cada ser humano debe ser responsable tanto de sus acciones como de sus pensamientos y, en consecuencia, sus pensamientos también deben haber sido desarrollados dentro de sí mismo. Todo lo que se le transmite debe haberse convertido primero en sus propios pensamientos a través de su propia reflexión al respecto. Si no lo ha hecho, es decir, si ha aceptado sin haberlo examinado lo que le ofrecían los maestros, entonces el mismo ha permanecido inactivo y también debe asumir la responsabilidad de perder oportunidades a través de las cuales podía madurar espiritualmente.

Pero para poder examinar lo que corresponde a la verdad, para alcanzar la convicción interior, es necesario primero también el deseo de permanecer en la verdad; y si lo tiene, examina críticamente todo lo que le enseñan. Si desea la verdad, entonces también desea a Dios, Que es la Verdad Misma.... Y si desea a Dios, entonces también está en el amor, porque Dios es el Amor Mismo. El deseo de la verdad debe satisfacer absolutamente al ser humano que lucha por alcanzar las alturas. Y también podrá distinguir el error de la verdad, porque su pensamiento no quedará ocioso....

El ser humano que se esfuerza hacia Dios se ocupa de todos los problemas que le afectan, y sus pensamientos serán dirigidos hacia la verdad a través de las fuerzas conocedoras de la voluntad divina. Pero quien no piensa en las ideas que le han sido transmitidas por los humanos no se esfuerza seriamente por acercarse a Dios. Él sólo está conectado con Dios según la palabra pero no en espíritu. Porque Dios Mismo capta a quienes Le buscan seriamente y verdaderamente los guía por el camino correcto....

El error lleva a los humanos a una gran angustia espiritual, les pone en grave peligro de perder el camino correcto hacia Dios. El error se difunde bajo la apariencia de la verdad, y es irresponsable de aquello que pretenden difundir el error como verdad de fe y quieren impedir mediante decretos y mandamiento que los humanos piensen por sí mismos.... La mayor culpa recae en ellos, pero también cada ser humano individual tendrá que responder por sí mismo, porque Dios le ha dado el don de la comprensión, que puede y debe utilizar, cuando se trata de un conocimiento que no sólo está destinado a la Tierra sino a la eternidad.

Cada ser humano es cuidado por seres espirituales que están en la luz, es decir, en el conocimiento, y su esfuerzo constante es estimular al ser humano a pensar en cuestiones espirituales para que puedan instruirlo mentalmente, Ningún humano queda fuera de los seres de luz, por lo que en cada ser humano surgirán pensamientos, dudas, preguntas o reflexiones acerca del conocimiento que se le ha presentado como verdad. Y ahora depende de la propia voluntad del ser humano si acepta estos pensamientos, si los procesa dentro de sí mismo o si los rechaza inmediatamente o los descarta, privando así a los seres de luz de cualquier oportunidad de instruirlo, de darle aclaraciones acerca del error y la verdad.

Pero tan pronto como el ser humano se cree obligado por decretos y mandamientos, todavía le queda el camino hacia Dios Mismo, pidiéndole por un recto pensar, recta fe y pura verdad.... Y Dios nunca permitirá que tal oración quede sin respuesta.... Pero es difícil ayudar a quienes creen que no necesitan a Dios, que valoran más los mandamientos humanos y no se refugian en el origen de la verdad, que él, como verdadero hijo del Padre, puede y debe hacerlo en cualquier momento sin dudarlo.... Pero Dios deja que Sus criaturas no estén en apuros, incluso si ellas mismas lo han creado o lo han causado ellas mismas. Y cuando el pensar de los humanos falla por su propia voluntad, Él influye en los humanos de tal manera que se ven obligados a pensar....

Él permite que les sobrevengan dificultades terrenas, lo que les hace dudar para hacerles pensar. Y entonces les envía a Sus mensajeros, los portadores de la verdad en el más allá y en la Tierra, quienes ahora les transmiten la pura verdad mentalmente o a través de la boca humana.... Y ahora la actividad mental de los humanos comienza tan pronto como exigen la verdad, y serán capaces de diferenciar la verdad del error, y llegarán a ser sabiendo en cuanto no resistan al don divino del amor, se abran al don y dejan que obre en ellos.... Y habrá luz en ellos, porque donde está la verdad, allí toda oscuridad desaparece....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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