Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3448
3448 Consuelo y fortaleza a través de la Palabra de Dios en momentos de mayor necesidad....
25 de febrero de 1945: Libro 44
Experimentaréis en una hora de necesidad qué gracia y fuerza proviene de la Palabra guiada a la Tierra por el amor de Dios cuando os sentís aislados de todo el mundo y sólo podéis entrar en contacto con Dios a través de la oración.... Entonces Él os hablará en Su amor y transmitiros fuerza, Él se ocupará de vosotros y os cuidará, y Su Palabra os será suficiente alimento y bebida hasta que llegue la ayuda. Ningún ser humano podrá daros el consuelo que os fluye hacia vosotros de Su Palabra, porque con Su Palabra también sentís a Él Mismo en vuestra cercanía y os encomendáis a Él en la fe. Y cuando oís Su Palabra, todo lo demás ha perdido el horror para vosotros, Su amor os habla, Su mano paternal os agarra y ya no os deja caer....
Su Palabra está lleno de mansedumbre y bondad, os promete esperanza y la reconocéis como verdad, y por eso todo miedo y ansiedad cesa, porque ahora confiáis en Él sin dudarlo. Cuanto mayor es la necesidad terrenal, más cerca está Dios de vosotros, si sólo invocáis a Él.... Él no os abandona y lo expresa en Su Palabra, que podéis escuchar constantemente, directamente o a través de mediadores, si lo deseáis. Porque Dios cumple este deseo, no os deja sin alimento espiritual, no cierra el manantial de donde mana el agua viva.... Él lo protege de la destrucción, no permite que sea derramado por la voluntad humana, que el manantial llegue a secarse que Su gran amor misericordioso ha abierto para vosotros, que tenéis hambre y sed, que languidecéis necesitados del cuerpo y del almas y anheláis refrigerio.
Y así Dios Mismo desciende en la Palabra a la Tierra, a los que son Suyos, cuando la gente niega todo acceso a vosotros.... Entonces Él estará con vosotros y podréis recibir ricos dones de Su mano paternal, seréis físicamente y espiritualmente fortalecidos, y si habéis abandonado todas las esperanzas terrenales y os dedicáis sólo a Dios, Él Mismo tomará vuestro destino en Sus manos y os salvará de todos los problemas.... Porque Su amor os abraza, como abarca a todos los que se refugian en Él en la oración....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise