Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3443
3443 Personificación de Dios....
22 de febrero de 1945: Libro 44
La creencia en una deidad esencial no presupone de ninguna manera una deidad personificada, por eso el hombre no se puede formar un concepto de Dios estrechamente definido, Que es omnipresente y está por encima del tiempo y espacio. Él llena todo con Su espíritu, todo el universo, todo el reino espiritual.... y, por lo tanto, no es imaginable como una persona que es espacialmente limitada según el concepto humano. Más bien, hay que rechazar por completo el concepto de una personificación de Dios si el hombre quiere imaginarse la esencia más supremo y perfecto de Dios.
Sin embargo, Dios Mismo Se ha hecho visible a Sus criaturas en forma humana al llenar el cuerpo de Jesús con Su divinidad y mostrándose en el estado transfigurado a los hombres que ahora podían imaginarse la deidad eterna en Jesucristo. Pero cuando el alma deja a un lado su cuerpo y entra en el reino de la luz, se hace evidente que la deidad eterna en Su ser nunca puede ser captada por el entendimiento humano, y que la encarnación en Jesucristo debe despertar o consolidar la creencia de los hombres en una deidad esencial durante su vida terrenal, porque de lo contrario esta creencia sería difícil para ellos, pero es necesario para establecer una conexión con Dios mediante la oración....
En Jesucristo, por lo tanto, la deidad eterna Se ha hecho visible para los hombres, Que intenta acercarse a ellos con amor misericordioso, para inducirlos a la oración hacia Ella y motivarlos a establecer una conexión con Ella. Jesucristo fue la forma en que la deidad eterna Se escondió para los hombres en la tierra. En el reino de la luz, los seres que han alcanzado el grado de madurez para llegar a la vista de Dios verán espiritualmente la misma forma....
Pero la deidad esencial está presente en todas las partes y, por lo tanto, nunca se agota en una forma limitada. Y por eso, tampoco puede ser llamado como una deidad personal, porque este es un término que solo se puede usar para la vida terrenal, para los seres humanos mismos y que, como un ser individual aislado en el espacio, reclama el reconocimiento de una personalidad, es decir, la persona siempre debe ser entendida como un ser viviente humano. Que este término nunca es aplicable para la deidad eterna es evidente por el hecho de que Dios es un Espíritu.... pero el espíritu nunca es algo limitado, atado en una forma, tan pronto como sea perfecto. La perfección más elevada, por lo tanto, está libre de todos los conceptos e irradia a través de todo el infinito, es omnipresente porque su sustancia original es el amor, que tampoco está limitado y, por lo tanto, tampoco es imaginable como una forma.
El hombre solo tiene una capacidad mental limitada, no puede imaginarse más cosas que las que existen en la tierra mientras siga siendo un espíritu no despertado. Y, por lo tanto, trata de imaginarse a la deidad eterna como una persona, tan pronto como cree en un Dios esencial, en un Dios a Quien puede rezar. Y Dios cumplió este deseo puramente humano al encarnarse en Jesucristo, es decir, mostrarle a la gente cómo un hombre que vive según el agrado de Dios puede encontrar la unión con Dios ya en la tierra y, por lo tanto, convertirse en uno con Él.... Él quería mostrarles a los hombres el camino para lograr el objetivo final, la unión completa con Dios.
El resplandor de la esencia divina llenó al ser humano Jesús, en consecuencia, solo la capa exterior, la forma corporal era humano, pero el alma y el espíritu eran divinos, se habían reunido de nuevo completamente con Dios, de Quien habían surgido. Pero la deidad eterna no se ha agotado a sí misma, porque eso es imposible para el ser perfecto jamás encontrar alguna limitación en una forma.
Sin embargo, la deidad eterna es algo esencial, es decir, la fuerza espiritual a la que se debe atribuir la voluntad y la capacidad de pensar, es decir, un Ser con el Que el hombre puede entrar en contacto cercano y también a través de su voluntad y su pensamiento.
Porque el pensamiento y la voluntad del hombre no están vinculados a la forma externa, sino a la parte espiritual, que se encarna en la forma humana. Tan pronto como la capa corporal se cae, lo espiritual, lo esencial, sigue siendo capaz de pensar y querer, solo que esta capacidad puede ser más débil o más fuerte dependiendo de su estado de madurez, mientras que la deidad eterna, como el Ser más perfecto, lleva a cabo Su voluntad y Su pensamiento con la sabiduría más profunda y una fuerza inimaginable.
La forma física del hombre es solo un medio durante la vida terrenal para alcanzar un objetivo. Pero quien crea en la inmortalidad del alma también lo comprenderá, que la forma externa, la persona, no es necesaria para la existencia continua del alma. Sin embargo, el alma sigue siendo un ser individual en su conciencia, incluso si se ha juntado con algo espiritual igualmente maduro.... así como la deidad eterna seguirá siendo el ser más supremo y perfecto también para los seres de luz más elevados quienes ya han encontrado la unión con Ella.... quienes están completamente unidos con Dios y, sin embargo, son indescriptiblemente bendecidos en la conciencia de su propia existencia, porque siempre y constantemente reciben y sienten la fuerza amorosa de Dios, Quien como Padre Eterno está con ellos en una unión muy íntima....
Amén
Traducido por Meinhard Füssel