Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3439
3439 El paraíso de la nueva Tierra - La lucha entre la Luz y las tinieblas
17 de febrero de 1945: Libro 44
Sólo lo bueno vencerá en la última lucha, porque estará en conexión directa con Dios y podrá resistir hasta el final. Lo malo, sin embargo, se inclinará hacia el adversario, será atrapado por él y arrastrado a las profundidades del abismo. Esto será el final de un período de redención y al mismo tiempo el principio de otro nuevo, para que continúe el desarrollo del §§espíritu todavía preso en la materia§§ en una nueva época que de nuevo empezará con el paraíso en la Tierra.
Lo bueno que saldrá vencedor de la última lucha - o sea, los hombres que viven el amor a Dios y al prójimo, recibirán la recompensa por su perseverancia y fidelidad a Dios, porque les espera una vida en la Tierra en plena paz.... una vida en la que los sufrimientos serán sustituidos por la bienaventuranza. Llevarán una vida en la armonía de sus almas y plena concordia entre ellos, el uno dando amor al otro, y recibiendo por tanto el Amor de Dios que, siendo el Amor eterno, morará entre ellos.
El enemigo de sus almas ya no tendrá poder para acosarlos, porque junto con sus secuaces estará proscrito por mucho tiempo y no tendrá más influencia sobre los hombres que vivan en la nueva Tierra en conexión con Dios.
Ellos no conocerán el temor ni la duda porque estarán en la Luz y en la comprensión, como consecuencia de su vida llena de amor; pues, estarán en un estado de perfección que también les asegurará la entrada en Reino de la Luz.
A estos hombres todavía les está dado cierto tiempo en la Tierra, porque están destinados a formar la base para la nueva generación humana que ha de poblar la nueva Tierra. Los habitantes de esta sólo pueden ser hombres buenos que han abandonado totalmente toda tendencia materialista, porque han reconocido a Dios y le aman de todo corazón, y conocen por tanto su misión en la Tierra y su última meta.
Dios podrá acercarse a ellos visible e invisiblemente, y en su Palabra podrá morar continuamente entre ellos, enseñándoles e iluminando su espíritu, porque no le opondrán la menor resistencia ni por su voluntad ni por pensar de manera materialista. Mientras este estado persista entre los hombres de la nueva Tierra, mientras ellos, en estrecha unión con Dios, se nutran de la fuerza y bienaventuranza divinas, habrá en la Tierra un verdadero paraíso donde vivirán los hombres felices sin sufrimientos ni miseria.
Sin embargo, después de un largo tiempo, también este estado sufrirá un cambio - cuando la materia vuelva a seducir a los hombres que se habrán vuelto tibios en su amor a Dios.... Entonces los hombres mismos facilitarán al adversario de Dios que los capte, porque al buscar de nuevo la materia se someterán a aquel que está preso en ella. Este se aprovechará de esta situación e intentará seducir la voluntad de los hombres en favor de la materia, apartándolos de Dios. Pues el hombre no puede anhelar a ambos a la vez; siempre tendrá que abandonar lo uno a causa de lo otro.
En esto existe el peligro de que los hombres vuelvan a apegar su corazón a la materia, abandonando a Dios.
De modo que otra vez volverá a empezar la lucha de la Luz contra las tinieblas - la lucha de las fuerzas adversarias de Dios para obtener el poder sobre los hombres. Pero también los seres de Luz lucharán por estas almas, y siempre será asunto del libre albedrío del hombre que decidirá cuál será el poder que vencerá, hasta que la furia de Satanás vuelva a dominar, con lo que de nuevo llegará el final de un período de redención....
Amén.
Traducido por Meinhard Füssel