Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3420
3420 Esperar un revés enorme.... Dios ordena detenerse....
28 de enero de 1945: Libro 44
Un acontecimiento incomparable provocará un cambio en la situación de emergencia, porque pondrá fin a la lucha terrenal pero dará paso a una nueva era no menos dolorosa. Para evitar el sufrimiento terrenal de la humanidad tendría que cambiar seriamente, pero no puede reunir la voluntad para hacerlo. Es de esperar un revés enorme, un acontecimiento completamente inesperado y que tendrá enormes consecuencias. Ninguna potencia podrá alegrarse de una supuesta victoria, ni habrá una decisión clara en la lucha de los pueblos entre sí, sino que la solución vendrá de un tercero....
Dios Mismo dirá la última palabra en esta lucha, que se basó únicamente en objetivos terrenales. Dios destruirá los planes del hombre y pondrá Su voluntad en acción. Pero primero es necesaria una dura prueba, la lucha debe llegar a un punto culminante que parece casi imposible, pero que dura muy poco, pero que deja claramente visible la depravación de los humanos. Entonces interviene la mano de Dios y ordena detenerse. Una dificultad terminará, pero muy pronto será reemplazada por otra, que no oprimirá menos a los humanos porque la primera no produjo ningún éxito. Los humanos mismos son los autores de todo sufrimiento que les llega, porque no mejoran, a pesar de que se les recuerda y advierte una y otra vez.
Pero Su voluntad sucede y no es la voluntad humana que determina el curso del acontecimiento, aunque la voluntad humana lo haya causado.... Y es por eso que el plan de los humanos puede ser elaborado con tanto cuidado, pero si no corresponde al plan divino, no llegará a ser ejecutado.... Dios lo corregirá, y los humanos tendrán que actuar conforme a Su voluntad.... Y los humanos ahora han llegado al final de su trabajo, porque ahora Dios Mismo determinará el curso posterior, aunque los humanos creen haberlo iniciado ellos mismos. La voluntad de Dios es decisiva y pronto se hará evidente, porque comienza un nuevo periodo de lucha, que no se basa en objetivos terrenales sino espirituales....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise