Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3408
3408 La Palabra interior en el tiempo de la tribulación....
17 de enero de 1945: Libro 44
En tiempos de tribulación escucharéis la voz del Espíritu clara y distintamente siempre y cuando mantengáis la conexión con Dios y deseéis escucharlo a Él Mismo. Porque Él no os retira Su don de gracia, sino que os lo da cada vez más abundantemente, porque sabe lo que necesitáis, sabe que necesitáis consuelo y fortalecimiento y que sólo Él puede ofrecéroslo.
Os uniréis a Él cada vez más estrechamente y Él os considerará con Su Palabra, con Su amor que expresa en la Palabra. Y no sentiréis tan dura la tribulación, porque Dios Mismo os levantará por encima de ella. Él puede haceros felices en vuestros corazones a pesar de las dificultades externas, os hará frugal y paciente para que no sentáis ninguna carencia y sólo deseéis una cosa, que Él Se os revele a vosotros, que os hable y recibáis Su gracias.... Y Él cumplirá este deseo para vosotros, agudizará vuestro oído espiritual y oiréis Su voz en todas partes y en cualquier momento.
Y el alimento espiritual os hará más felices que cualquier satisfacción terrenal. Vuestro cuerpo se contentará con poco, ya no le prestaréis atención, pero vuestra alma será provista en abundancia y nunca necesitará pasar hambre. Y si os sobrevienen problemas terrenales, entonces ya no os desanimarán porque podéis llevarlos a Aquel que os ha prometido Su ayuda porque os ama como un padre ama a sus hijos. Por lo tanto, el tiempo de tribulación no tiene por qué se aterrador para vosotros si nos sentía hijos Suyos y mantenéis un diálogo estrecho con Él.
Él os responderá y escucharéis Su voz en vuestro corazón, y lo que Él os hable os elevará y os hará feliz, os hará fuerte y confiado, silenciará todas las preocupaciones y problemas en vosotros, porque podéis creer profundo y inquebrantablemente porque el Espíritu de Dios os enseña y Su voz os toca como un estímulo paternal del que nunca, jamás dudaréis. Y vuestro corazón se alegrará porque reconocéis al Padre amoroso Que os hace dignos de Su voz. Y vuestro progreso espiritual os permite olvidar todo y soportar todo lo que el cuerpo tiene que soportar en términos de sufrimientos y privaciones, porque el cuerpo se vuelve más insensible cuanto más se espiritualiza el alma.... Pero el alma se alegra tan pronto como logra el objetivo de sentir a Dios y escuchar Su voz cada vez que ella lo desee....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise