Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3403
3403 La sabiduría divina supera la sabiduría humana....
13 de enero de 1945: Libro 44
Una revelación divina supera cualquier sabiduría humana, por profunda que parezca, porque es la verdad más pura y, por tanto, irrefutable. Porque si Dios Se expresa a través de la voz del Espíritu, entonces todo error es imposible. Pero Dios Se revela a través de un niño terrenal que está íntimamente conectado con Él, que cree en Él, y establece la conexión con Él a través del amor y el deseo por Él, así como un humano está activo en el amor y le pide sinceramente aclaración, y por tanto también vive en la fe, que Dios pude y quiere expresarse. Si se Le pide esto con fervor, Dios no Se niega a Sí Mismo.... Entonces Él habla a través de la voz interior, y entonces estas revelaciones deben ser creídas, deben ser aceptadas como verdad porque son de origen divino:
Y entonces el humano sacará de la fuente de la sabiduría y, comprensiblemente, superará en conocimiento a todo sabio terrenal. Pero sólo el ser humano que desea la correcta, la sabiduría de Dios, la reconocerá como sabiduría.... Y por eso nunca será posible discutir sobre el valor de revelaciones divinas, porque un ser humano ignorante que tampoco busca penetrar en la verdad, pero que ni siquiera lleva un estilo de vida que le pueda obtener tal, es completamente incapaz de juzgar lo que se le presenta.
Así pues, para él las revelaciones divinas no son ni creíbles ni indiscutibles, de hecho le parecen menos sabias, y no se puede discutir con tales humanos, sino que siempre tendrán la preponderancia siempre que los oyentes sean del mismo espíritu, es decir, sin fe en un Dios para Quien todo es posible, y sin amor, y sin amor que sólo despierta a la vida donde la fe aún está muerta. Intentar acercar las revelaciones divinas a tales humanos es un error, porque siempre las contradecirían y también influirían en sus semejantes de tal manera que las rechazarían antes de tomar una postura seria sobre ellas.
Por eso no tiene ningún valor querer iniciar a humanos que carecen por completo de fe, que no hacen ningún esfuerzo espiritual y que sólo viven exclusivamente en el mundo. Ciertamente se les puede presentar el conocimiento, pero nunca el origen del conocimiento, hasta que el conocimiento mismo los ponga en un estado reflexivo y deseen la luz y la verdad. Sólo entonces se les podrá informar dónde buscar la fuente. Y sólo entonces reconocerán la profunda sabiduría que irradia de las revelaciones divinas. Y ya no se contentarán con el conocimiento terrenal; se esforzarán por alcanzar la perfección espiritual para poder recibir las revelaciones por Dios Mismo, como Él lo ha prometido.
Sin embargo, la Palabra de Dios que guía Su amor a la Tierra debe seguir transmitida, pero la sabiduría humana aún debe ser reemplazada por la sabiduría de Dios, porque esta se abrirá paso porque todo lo divina sigue permaneciendo, mientras que lo humano desaparece. Pero la Palabra de Dios sólo será reconocida en toda su sabiduría cuando los humanos se abren voluntariamente a ella, si buscan la justificación en el amor de Dios y explican Su extraordinaria obra con Su omnipotencia y sabiduría, cuando están en la fe que Dios en Su amor quiere ayudar a los humanos que se encuentran fuera de la pura verdad, y Él también puede hacerlo.... Entonces se reconocerá Su sabiduría y Sus revelaciones serán recibidas con gratitud como un don de gracia extraordinario....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise