Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3402
3402 Sabidurías divinas... Obra espiritual...
12 de enero de 1945: Libro 44
Las sabidurías divinas no se pueden explorar a través de la sabiduría humana ... La mente del hombre solo puede captar sabidurías divinas si su espíritu está activo al mismo tiempo. Y por lo tanto la obra del espíritu es absolutamente necesaria si el ser humano quiere penetrar en un conocimiento que se eleva por encima de todo conocimiento humano. Sin embargo, no se requieren capacidades intelectuales humanas donde el espíritu de Dios puede tener un efecto en el hombre, porque ilumina el pensamiento del hombre, de modo que la sabiduría más profunda de Dios se le hace comprensible, si el Espíritu de Dios mismo se le imparte. Porque Él se lo ofrece de una manera que entra creciendo en un conocimiento que antes le era completamente extraño. Al mismo tiempo se forma la capacidad de pensar del hombre, para que el mismo sea capaz de transmitir el conocimiento recibido, aunque sea en una forma de expresión más sencillo, pero correspondiendo al conocimiento transmitido a él por Dios.
La sabiduría divina es insuperable, por lo que los pensamientos transmitidos por el Espíritu de Dios no pueden ser superados por la sabiduría humana, aunque parezca insignificante al principio y, a veces, se transmita al corazón humano en la forma más simple imaginable. Pero encuentra su explicación en el hecho de que el hombre no solo debe ser una herramienta para transmitir mecánicamente el conocimiento recibido, sino que él mismo debe estar completamente imbuido por eso, para ahora también poder representarlo frente a los semejantes.
Y es por eso que el ser humano debe ser introducido lentamente, se le debe hacer tan comprensible para él que realmente llegue a ser un sabio, para que entonces también se le pueda acercar a las sabidurías más profundas y estas también puedan ser completamente comprendidas, para que el corazón y el intelecto lo han procesado, y sólo ahora puede llamarse conocimiento real. Sólo a partir de ahora el hombre penetra en las sabidurías más profundas, el Espíritu de Dios le habla a la chispa espiritual que hay en el ser humano, y lo que le comunica le revela Su sabiduría, Su amor y Su omnipotencia...
Es un conocimiento que los seres humanos nunca pueden explorar por razón de su entendimiento porque este no está desarrollado de tal manera que nunca pueda comprender o poder presentar verazmente el gobierno y la obra de Dios en el universo y en el reino espiritual, si nunca tuvo un conocimiento al respecto de antemano. El intelecto del hombre siempre se moverá dentro de los límites que Dios Mismo le ha fijado, siempre podrá investigar sólo las cosas terrenales y probablemente también podrá proporcionar pruebas de la exactitud de sus resultados. Pero todo lo divino, todo el conocimiento espiritual permanece ajeno a él mientras el Espíritu de Dios no obra, porque sólo este penetra en las profundidades de la sabiduría divina, y puede presentarla al hombre, es decir, a su mente, para que esta ahora puede ponerse activa, es decir, procesar pensativamente lo escuchado, y solo ahora el hombre se vuelve sabio...
Porque solo el conocimiento espiritual puede llamarse conocimiento correcto, porque toca áreas que el intelecto no puede explorar y que solo pueden ser sondeadas con la ayuda del Espíritu divino. Y lo que el Espíritu de Dios imparte al corazón y al intelecto, estas son las sabidurías divinas, que por tanto solo pueden ser transmitidas al ser humano, que se hace digno por su voluntad de servir a Dios, al difundir la verdad de Dios, que supera con creces el intelecto humano... Esta voluntad y un esfuerzo consciente por la perfección son requisitos previos para poder recibir la sabiduría divina y también para comprenderla, porque la comprensión correcta de ella es absolutamente necesaria para impartirla a los demás seres humanos, como lo es la voluntad de Dios..._>amén
Traducido por Hans-Dieter Heise