3392 Voluntad de Dios y voluntad del adversario....
4 de enero de 1945: Libro 44
La voluntad de Dios no es respetada por los humanos, sino que su propia voluntad pasa a primer plano y, si no se subordina a la voluntad divina, se dirige contra ella. Pero una voluntad que se opone a Dios también realiza acciones que son pecaminosas ante Dios porque carecen de todo amor, porque sólo el ser humano obrará en amor, cuya voluntad se dirige hacia Dios y que por lo tanto sólo permite que se aplique la voluntad de Dios. Dios sólo quiere el bien, y todo aquel que se esfuerza por ser bueno también se somete a la voluntad de Dios....
Pero la fuerza opositora a Dios siempre y constantemente busca ganar influencia sobre el ser humano, busca rebelar su voluntad contra Dios, para que prevalezca la propia voluntad del humano y se aleje de las buenas acciones y en cambio realice acciones contrarias a Dios. Cuanta más influencia le den los humanos al adversario de Dios, menos cumplirán la voluntad divina, entonces la distancia de Dios se hará muy evidente, porque las acciones de los humanos carecen de amor. Y donde no hay amor, allí no puede estar Dios, donde no se respeta su voluntad, no hay amor, y donde no hay amor no hay conocimiento, ni sabiduría, ni luz.
Los humanos tienen que someterse a la voluntad de Dios si quieren madurar espiritualmente y llegar a la luz del conocimiento, porque la voluntad de Dios es también la ley divina, que no debe ser violada para que el alma no sufra daño. La violación de cualquier ley tiene consecuencias adversas, siempre que el poder legislativo tenga el poder de castigar una violación. Pero los humanos ya no reconocen el poder de Dios y, por lo tanto, actúan contra su voluntad sin dudarlo.
Dado que la voluntad de Dios va acompañada con sabiduría, la voluntad que se opone a Dios carece de sabiduría, por lo que las consecuencias deben ser un estado caótico, desorden, decadencia y, en última instancia, destrucción. La voluntad divina es constructiva, pero la voluntad que se opone a Dios es destructiva; es puesta en el ser humano por el oponente de Dios, y él usa el ser humano para destruir porque carece del poder para hacerlo. Y por eso su esfuerzo constante es apartar la voluntad del ser humano de Dios y determinarla, dejar desapercibida la voluntad divina, para que el hombre realice ahora lo que viola el orden divino. Y por lo tanto ha ejercido la mayor influencia sobre los humanos cuando aprovechan cada oportunidad para destruir las creaciones.
El humano está esclavo a él, no tiene voluntad propia, sino que se le ha dado enteramente, sólo realiza lo que contradice completamente la voluntad de Dios, no son actos de amor, sino de envidia y odio.... La voluntad de Dios ya no será respetada, y las consecuencias inevitablemente ocurrirán; Dios permitirá que los humanos actuarán sin obstáculos hasta que ellos mismos hayan llevado a cabo la obra de destrucción a tal punto que será contraproducente para los humanos.... hasta que el caos se haya vuelto tan grande que los propios humanos perecen en ello.... Porque la voluntad de Dios significa orden divino, y violarlo tiene efectos negativos inimaginables en la Tierra y más aún en el reino espiritual....
amén
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