Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3387
3387 Oscura noche espiritual.... Trabajo de los seres de luz....
1 de enero de 1945: Libro 44
A través de la oscura noche espiritual, los humanos deben ser guiados a la luz. Esto requiere un gran trabajo espiritual en la Tierra y también en el ámbito espiritual, porque es importante guiar a los humanos hacia una forma diferente de pensar, dejarles claro que su forma de pensar es incorrecta y advertirles de sus consecuencias. Este trabajo es tan necesario que Dios toma precauciones inusuales para promover este trabajo espiritual, hacer que los humanos sean capaces de realizarlo y permitirles constantemente ser capaces de estar espiritualmente activos.
Porque innumerables almas necesitan ayuda porque están demasiado débiles y la oscuridad cubre su espíritu. Están al borde del abismo y sólo una ayuda activa podrá sacarlos de ello. Y los seres de luz están constantemente tratando de guiarlas por el camino correcto, pero no pueden hacerlo solos, sino que tienen que servirse de humanos dispuestos que actúen como sus instrumentos en la Tierra, que hablan y actúan como ellos hacen las cosas, como los seres mismos se expresarían si no estuvieran obligados a mantenerse ocultos debido al libre albedrío de los humanos.
El trabajo espiritual debe ser realizado de tal manera que, sin embargo, parezca humanamente terrenal, porque los humanos deben ser libres de decidir cómo abordarlo, pero el trabajo espiritual será reconocible para todo aquel que lucha por la verdad. Para poder trabajar como obrero por el reino de Dios, es necesario tener conocimientos, de lo contrario no podría justificar lo que quiere hacer creíble ante sus semejantes. Y este conocimiento, que corresponde a la verdad, es inequívocamente una transmisión del reino espiritual; es la expresión de los seres de luz en el más allá, que se sirven de humanos dispuestos en la Tierra para transmitir sus conocimientos a los humanos a través de ellos. Porque sólo a través de la verdadera aclaración se puede desterrar la oscuridad del espíritu y la humanidad puede ser guiada hacia el día lleno de luz.
Hay poca luz en la Tierra, sólo hay rayos aislados que brillan de vez en cuando, y estos no son suficientes para para iluminar la oscuridad de la noche. Sin embargo, corrientes de luz pueden ser transmitidas a la Tierra desde el reino de luz, siempre que los humanos estén dispuestos a dejarse irradiar y quieran recibir y transmitir luz como estaciones receptoras. Pero esta voluntad requiere un mayor grado de madurez, requiere un corazón capaz de amar, que se forma a través de la obra del amor de tal manera que ahora pueda servir como receptáculo para la luz....
El amor en el ser humano tiene que ser tan fuerte que quiera ser activo redentoramente y ofrecerse a Dios para esta actividad. Entonces los seres de luz podrán llevar a cabo su verdadera actividad espiritual en nombre de Dios, podrán transmitir luz a la Tierra, podrán transmitir luz a la Tierra, podrán difundir conocimiento e instruir constantemente a los siervos dispuestos de Dios y, a través de ellos, a sus semejantes, que necesitan urgentemente una aclaración veraz. Y esta urgencia explica también el destino, a menudo extraordinario, de quienes quieren estar activos como obreros por el reino de Dios, porque están guiados por la voluntad de Dios y cada acontecimientos debe hacerles más maduros para su actividad espiritual. A menudo tendrán que pasar por sufrimientos y tribulaciones, por el fuego de la purificación, porque sus corazones deben volverse receptivos a la luz, que ellos mismos deberán seguir llevando como instrumento de Dios en las tinieblas de la noche.
A innumerables almas se les debe mostrar el camino para salir de esta noche espiritual, el portador de la verdad debe ir por delante con una luz brillante e iluminar el camino brillantemente, los seres de luz del reino espiritual deben encontrar a través de ellos acceso a los humanos para que puedan acercarse a ellos disfrazados en sus caparazones y la luz del cielo podrá brillar brillante y claramente. Porque la luz tiene que atravesar las tinieblas, de lo contraría permanecería de noche para siempre y los humanos se dirigirían hacia el abismo....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise