Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3377
3377 Propósito de las revelaciones de Dios....
24 de diciembre de 1944: Libro 44
Para acercar a los hombres de las verdades de la fe, Dios Se revela a ellos sirviéndose de un hombre a través del cual habla a todos los hombres. Se les da a conocer, es decir, Se expresa reconocible, para que el hombre, si quiere, pueda llegar a tener una fe profunda en un Ser, Que es sumamente perfecto, Que está lleno de amor, sabiduría y omnipotencia y Que Se encuentra en la más estrecha relación como Poder creativo con Sus criaturas.
Esto surge perfectamente de Sus revelaciones, pero el hombre es libre de creer en ello o no; y por lo tanto, lo que debe creer le es impartido por Sus revelaciones; pero nunca se le manifestará de tal manera que tiene que creer. Depende únicamente de su voluntad si el conocimiento que se le imparte se convierte en una convicción interna y, por lo tanto, se convierte en un creyente. Y es por eso que las revelaciones de Dios se guardan de tal manera que nunca significan una compulsión a creer. Ciertamente podrán ser reconocidas como revelaciones divinas si el hombre anhela seriamente la verdad, es decir, a Dios; pero también pueden presentarse como obra humana, como pensamiento humano, y se le da completa libertad al ser humano en cuanto a cómo él mismo se adapta al respecto.
Pero como la creencia en Dios es absolutamente necesaria para llegar a la cima, Dios también se revela una y otra vez para dar a la gente conocimiento de Sí Mismo, de Su gobierno y obra. Y apela al intelecto del hombre para que procese mentalmente el conocimiento que se le ha impartido y a través de eso alcance la fe correcta. Porque tan pronto como el hombre descubre conexiones que pueden reconciliarse con la naturaleza de Dios, es decir, que revelan el amor, la sabiduría y la omnipotencia de Dios, acepta lo que se le ofrece como creíble. Y ahora él mismo trata de establecer la conexión con este Ser más perfecto.
Y este es el propósito de las revelaciones de Dios que los hombres que Lo buscan vayan por el camino correcto y así también Lo encuentren. Deberían poder creer por convicción, y eso incluye un conocimiento que les fue impartido, que han procesado mentalmente y ahora también reconocen como verdad. Porque lo que Dios requiere de los hombres que crean, debe ser transmitido a ellos de alguna manera. Pero Dios Mismo nunca puede hablarles obviamente, porque esto no sería una libertad espiritual, sino más bien una compulsión que no podría llevar a las personas a un mayor grado de madurez. Aunque esto sería una prueba convincente, todavía sería inútil, porque entonces el hombre se vería obligado a llevar una forma de vida al agrado de Dios, pero tal forma de vida debe ser el resultado de un profundo amor a Dios.
Porque sólo el amor puede llevar hacia arriba, pero el amor debe nacer en el corazón, en la más plena libertad de la voluntad, si es divino y ha de llevar a Dios. El amor es también la clave de la sabiduría, es decir, solo la persona que ama reconoce la verdad y, por lo tanto, solo la persona que ama llegará a la creencia correcta. Pero Dios predica el amor a través de Su Palabra, y todo lo que anuncia a los hombres a través de Su Palabra, por tanto, será recibido con fe si no se apaga el amor. Pues Dios Se revela para educar a los hombres al amor, para hacerlos creer, para que pueda acercarse a ellos con Su don de la gracia, que está destinado a ayudarlos al avance espiritual....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise