Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3341
3341 Cumplimiento del deber terrenal.... Trabajo intelectual....
22 de noviembre de 1944: Libro 43
Nada os debe impedir esforzaros por alcanzar la perfección, y por eso tampoco debéis querer alcanzar ninguna meta terrenal, sino que sólo tenéis que pensar en vuestras almas y en vuestra tarea terrenal, que es lo único importante porque se supone que debe traeros la vida en la eternidad. Así que cuando el mundo os acerque a vosotros con sus exigencias, entonces pedidle a Dios la fuerza para que podáis cumplir con lo que se requiere de vosotros en la Tierra, pero debéis saber que Dios también os impone exigencias y que su cumplimiento es mucho más importante, porque la vida en la Tierra solo os fue dada con el propósito que os esforcéis hacia arriba, que os volváis perfectos y que no debéis descuidar esta tarea si la vida terrenal ha de traer éxito a vuestra alma.
El ser humano nunca debe eludir los deberes que le impone la vida en la Tierra, porque debe utilizar su fuerza vital al servicio del amor al prójimo; Debe estar constantemente activo, porque sólo la actividad constante contribuye a la redención de aquello que todavía está atada y quiere servir. Pero si antepone el trabajo de su alma a cualquier trabajo terrenal, no cometerá ninguna injusticia, sino que contribuirá en mayor medida a la redención del atado, y la actividad espiritual supera con creces la actividad terrenal. Quien se esfuerza por recorrer el camino correcto en la Tierra, quien quiere pensar y actuar según la voluntad de Dios, pondrá siempre sus fuerzas al servicio del prójimo, y lo que le parezca más importante, lo hará primero....
Si ahora el trabajo espiritual le parece que no se puede posponer porque reconoce la necesidad en la Tierra, debe ceder a los impulsos de su corazón y volverse espiritualmente activo. Porque la voluntad de trabajar por el reino de Dios también le da un mayor sentido de lo que es necesario, y el trabajo del alma siempre debe tener prioridad sobre cualquier otro trabajo, ya que es el verdadero propósito de la vida en la Tierra. Pero mientras el humano ande sin conocimiento, el cumplimiento de los deberes terrenales es aconsejable y conforme al orden divino. Pero una vez que el significado y el propósito de la vida terrenal le han quedados claros, entonces la vida terrenal pasa a un segundo plano y la vida espiritual tiene el privilegio porque es imperecedera y, comprensiblemente, el trabajo es más importante para la eternidad que la actividad que sólo trae éxito terrenal.
Cuanto más maduro es el ser humano, más fácil le resulta separarse de la Tierra y de sus bienes, menos exige de los placeres mundanos, y aun así tiene que dejar de lado las exigencias mundanas, es decir, sólo satisfacerlas en la medida en que sea absolutamente necesario. Sin embargo, debe practicar la actividad del amor, debe llevar el amor a su máximo desarrollo y por lo tanto permitir que cada actividad terrenal se convierta al mismo tiempo en una actividad de amor, de modo que ahora cumpla ambas.... que cumpla con su deber en la Tierra y todavía lucha por la perfección. Y debe usar su fuerza como trabajador por el reino de Dios.... debe fijarse un objetivo tratando de traer a Dios las almas descarriadas, debe ayudarlas al conocimiento y por lo tanto ser espiritualmente activo.... entonces duplica su éxito.... se ayudará a sí mismo y a sus semejantes a alcanzar la madurez espiritual y utilizará su fuerza vital para la actividad redentora....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise