Origen: https://www.bertha-dudde.org/es/proclamation/3327
3327 Consecuencias del pensar y actuar.... Decisión de la voluntad....
12 de noviembre de 1944: Libro 43
A los humanos se les da la libertad de pensar y actuar según su voluntad. En consecuencia, también tiene que asumir los efectos de su pensamiento y sus acciones; su pensamiento le traerá verdad o error, según su voluntad, sus acciones recompensa o castigo.... Y no puede responsabilizar a nadie más que a sí mismo. Para que ahora su pensamientos y sus acciones tomen la dirección correcta, lo que le trae verdad y recompensa, Dios en Su amor le viene en su ayuda dándole instrucciones, informándole de Su voluntad, que el humano debe usar como guía de su modo de pensar y actuar.
Por tanto, se establece en contacto con el ser humano a través de Sus servidores en la Tierra y en el más allá, transmitiéndoles a través de ellos Su Palabra, encomendando a sus servidores el encargo de anunciar Su voluntad a los humanos y predicarles la palabra de Dios. Así les da aclaración acerca del bien y del mal, acerca del derecho y la injusticia, pero deja que el humano decida libremente lo qué quiere hacer. Inicialmente no tiene ningún conocimiento de lo que es correcto ante Dios, pero puede obtener este conocimiento si se le transmite la Palabra de Dios. Pero no se le obliga a aceptar esto, sino sólo se le anima a hacerlo, y nuevamente decide su libre albedrío; pero nunca puede decir que éste tiene que decidirse en una dirección, nunca puede decir que carece de conocimiento de la voluntad de Dios, porque Dios siempre le informa, sólo que de diferentes maneras.
Debido a que Dios le dio al ser humano el libre albedrío, esto necesariamente incluye la capacidad de tomar decisiones, y esto nuevamente requiere un conocimiento de la voluntad de Dios; de lo contrario, el ser humano no podría ser considerado responsable. Por lo tanto, Él no le negará este conocimiento acerca de la voluntad divina.... Pero cómo se ajusta a esto, esto depende libremente de Él. Pero correspondiente está también el estado de la cognición, el grado de la verdad en el que se encuentra ahora, y también la medida de bienaventuranza en el reino del más allá, porque ambos son las consecuencias de su libre decisión de voluntad.... por lo tanto, el ser humano mismo es el diseñador de su vida en el más allá a través de su voluntad....
amén
Traducido por Hans-Dieter Heise