3320 Se requiere un trabajo diligente por el reino de Dios....

6 de noviembre de 1944: Libro 43

Ser instruido continuamente también da la obligación de aprovechar continuamente los conocimientos que el ser humano recibe. Y por eso debe anteponer el trabajo espiritual, el trabajo por el reino de Dios, a cualquier otro trabajo y no preocuparse por sus deberes terrenales, porque Dios Mismo los reduce para aliviar a Sus siervos si han de trabajar para Él. Sólo el ser humano mismo no debe ceder en su celo. Siempre debe imaginar la gran angustia espiritual que sólo puede remediarse mediante una actividad activa en la Tierra y en el más allá mediante una actividad que trae luz, para que se les muestre a los humanos el camino correcto que conduce de las tinieblas hacia la luz.

Los seres de luz del reino espiritual están constantemente activos para guiar la luz a la Tierra, pero sólo unos pocos humanos se abren a los rayos de la luz de la Verdad eterna para aceptarlos en sus corazones y entonces distribuirlos a sus semejantes que ellos mismos poseen. Pero estos pocos están llamados a traer la luz en las tinieblas de la noche.... Estos pocos deben emplear todas sus fuerzas para esta tarea, no deben tener ninguna preocupación por cumplir sus tarea terrenal inadecuadamente, porque tienen una tarea que es mucha más importante, para la cual no hay muchos humanos disponibles y que, por tanto, debería tener prioridad sobre cualquier otra actividad.

El amor divino dirige sus instrumentos de tal manera que puedan cumplir sus tarea en cualquier momento, por lo que sólo deben realizar por lo que son impulsados desde dentro; Deberán confiarse siempre y constantemente a la guía divina y su camino de vida será regulado y se abrirán los caminos para el trabajo espiritual. Porque innumerables almas se encuentran en una necesidad, tanto creyentes como incrédulos.... Porque también los creyentes necesitan consuelo y fortaleza, y la transmisión de la verdad pura, la Palabra divina, también es sumamente significante para ellos, porque las tinieblas espirituales de la humanidad los oprimen, aunque crean.

La Palabra de Dios es fuerza de arriba que fortalece el alma, y todos los humanos en la Tierra necesitan esta fuerza; y si los seres humanos no pueden recibir la Palabra divina directamente, si no son capaces de escuchar la voz divina dentro de sí mismos, la Palabra les tiene que ser transmitida a ellos. Y en esto consiste la actividad de quienes son destinarios de la Palabra divina, quienes que reciben constantemente un don precioso de la gracia y, por tanto, también deben distribuirlo constantemente, porque esta es la finalidad de la comunicación directa de la Palabra divina a la Tierra. El destinario debe dar para ser considerado aún más generoso: Tiene que transmitir la Palabra de Dios a los más necesitados y, por tanto, ser diligentemente activo en el trabajo por el reino de Dios.

Y la bendición no faltará, porque todo obrero activo en la viña del Señor es digno de su salario.... A nivel terrenal, el proclamador de la Palabra divina será provisto y protegido para que pueda trabajar en completo silencio, y espiritualmente le ayudará al progreso, porque se le considera como él mismo distribuye. Porque el tiempo apremia y son pocos los obreros que están dispuestos a dedicarse al reino de Dios, que pueden recibir Su palabra y difundir la verdad pura entre los humanos. Y éstos deben ser activos constantemente y esforzarse siempre en cumplir primero la voluntad de Dios....

amén

Traducido por: Hans-Dieter Heise

Este comunicación no se menciona en ninguna folleto temático.

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